Sus dedos se posaron sobre el pequeño bultito que sobresalía de la camiseta blanca que llevaba el gestante, mismo que dormía a pierna suelta sobre su nido, bastante cansado.
El azabache observó su rostro demacrado por los cinco meses de embarazo y todas esas noches y madrugadas de llanto, acarició sutilmente sus mejillas coloradas y regordetas, haciendo que algo dentro de él se removiera enternecido por lo bonito que el palido se veía de esa forma.
Desde que conoció a Jimin pasaba admirando esa belleza tan única que tiene el rubio, sus defectos para él no son defectos, si no algo más a lo que amar. Verle ahora con cinco meses de embarazo era algo nuevo para su Alfa, su pancita alzándose orgullosa en cualquiera de sus camisetas, los movimientos del niño en su interior cuando el menor duerme son algo que él se dedica a apreciar muchas veces.
Así que su mano alzó finalmente toda la camiseta, una enorme sonrisa llena de ternura y amor se dibujó en su rostro, su lobo movió la cola muy contento. Y él delineó una vez más el bultito.
Era triste para ambos la situación por la que estaban pasando, por un lado está el Omega que piensa que su Alfa dejó de amarle y por otro está en Alfa que está a punto de perder su trabajo desde hace algunos meses y no hace más que preocuparse por todo.
Estar estresado es poco comparado a lo que el azabache vive día a día desde que un nuevo miembro llegó a casa.
Suspiró bajando la camiseta de su novio y dejó un pequeño beso antes, luego dejó otro en los labios entre abierto del menor, podría decirse que es el segundo que se dan desde que se enteraron del embarazo.
Con pasos pesados salió de su habitación, pasando lentamente por el salón pudo darse el lujo de observar lo que su novio había hecho con el departamento en estos meses. Como bien había pensado, el rubio quitó la mesita de centro, dejando todos los adornos y marcos en las estanterías más altas.
Por dónde quiera que caminaba podía toparse con cosas del Omega, ya sean camisetas, chaquetas, mantas y vasos, muchísimos vasos vacíos.
Y en la cocina él ya no sabía qué hacer pues el embarazado vive allí prácticamente, los primeros meses fue fruta 24/7, ahora mismo le ha dado por comer chucherías como patatas de bolsa o directamente caramelos y dulces de distintos tamaños y sabores.
Desde que entra a casa puede percibir gustosamente ese rico y pegajoso aroma que esparce su novio por la casa, uno a frutas, que es el que porta desde que se presentó y uno a leche, que es el que indica su estado de embarazo.
Sentándose en el sillón pudo suspirar con intranquilidad, pasando sus manos por su cabello repetidas veces para intentar de alguna forma conseguir algo de paz. Es verdad que Jimin le sigue mucho cuando está en casa y puede sentir cuando se remueve en el colchón en busca de su aroma, pero el rubiosito no se atreve a acercarse más y mucho menos a exigirle atención.
Poco a poco esa dura y cruel barrera que había implantado para evitar el contacto con su pareja se ha ido desmoronando por cosas tan simples como verle dormir con su pancita alzada. Tiene unas fuertes ganas de abrazarle y estrujarle entre sus brazos para que todo su aroma se implante en él de una vez, que se sepa que además de llevar un cachorrito en el vientre, tiene a alguien que se encarga de protegerlo.
Una vez más soltó un tosco suspiro, esta vez saliendo de casa para hablar tranquilamente con su mejor amigo sin llegar a molestar al menor de rubias hebras.
Después de unos minutos fuera de su hogar, sacó su teléfono y presionó el contacto guardado como "Llamar en emergencias-Tae" .
Unos segundos en espera y la voz ronca del menor le llegó a su tímpano causándole un dolorcito.
—¿Qué deseas, desgraciado? —Fueron las primeras palabras del Omega, cruzándose de brazos y haciendo un puchero molesto con el mayor, era obvio que después de tantos días incomunicados y recibiendo únicamente llamadas desesperadas del Omega rubio, su humor no era precisamente bueno.
—Hablar... —Murmuró decaído el pelinegro sintiendo un nudo formarse en su garganta que más adelante no le haría posible hablar, el menor suspiró viendo por dónde iban las cosas.
—Cuéntame lo que tengas... —Dijo revisando una última vez la habitación donde su niño de tres años dormía tranquilamente junto a Yoongi, ambos tirados en el colchón, muchas veces se preguntaba qué tenía su hijo menor de él pues era una copia del mayor.
—Es que... es sobre Jimin... —Habló bajito, temiendo decir todo lo que le pasaba realmente al Omega— Sé que todo esto del embarazo tú lo sabes mejor que nadie pero para nosotros es algo nuevo y algo que nos está afectando en vez de ser lo contrario... Mira, he intentado darle su espacio y que esté cómodo con lo que tiene en casa, incluso le dejo solo para no molestarlo...
—La estás cagando —Dijo firme y el mayor soltó un bufido— ¿No hablaste con Yoongi sobre lo que tienes que hacer? —Un pequeño "no" salió del mayor, Taehyung rodó los ojos algo estresado— No es gran cosa pero te aseguro que tendrás a Jimin bastante contento luego de ello, ¿qué hace ahora?
—Dormir...
—Son las siete de la tarde, oh bueno, Jimin está cansado —Relamió sus labios pensando en lo que podría hacer el azabache al llegar a casa— Prepara una botella de agua fría y algo que Jimin coma mucho últimamente, pueden ser patatas o yogures, acuéstate a su lado y deja que te abrace, acércate a él carajo —Masculló al final algo irritado.
—Pero-
—¿Quién fue el estúpido que te dijo que tenías que darle espacio? A los embarazados no se les da espacio, Jeon.
—¿Y si se enfada?
—El que te va a partir las bolas seré yo si sigues con esa actitud de mierda...
•••
y yo también, nojodas yukuk >:(
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anticonceptivos › kookmin. tp1 (terminado)
Romance❝Jimin confiaba en el 99,9% de efectividad de los anticonceptivos. Pero resultó ser ese 0,1% el que arruinaría los planes que tenía con su novio.❞ info: ━omegaverse. ━contenido adulto. ━escenas fuertes. ━kook mayor que Jm. ━no contiene fluff. ─𝗮𝗱�...