Encontre la flor que me diste a cambio de un beso. La encontré en uno de mis libros favoritos de ese momento, el cual me escuchaste hablar sin parar por horas.
Ya se volvió más chica de lo que era, ya no tiene el color que tenía antes y ya no posee la ilusión que sentí en el momento que la arrancaste de ese árbol cerca de tu casa.
Pero sigue estando, sigue ahí porque no puedo tirarla.
Me gusta pensar que es como el lugar que ocupas en mi corazón, en mi alma. Porque no puedo simplemente olvidar a la primer persona que quise abrazar con todas mis fuerzas, que quise besar hasta el cansancio y abrigar las noches de frío.
En mis pensamientos siempre vas a estar presente, como lo va a estar esa flor en mi vida. Porque sos una parte de lo que fui y por ende de lo que soy, porque es un recordatorio de que nunca más me voy a dar por vencida tan fácilmente, porque quizás si no lo hacía, aún estarías dándome esas flores y esos dulces besos.
