Campamento mestizo y la profecía del Oráculo

Capítulo 1

CAPITULO 1

Se dice que durante mucho tiempo el control del mundo estuvo bajo el poder de los dioses, quienes eran abiertamente venerados por los mortales, rindiéndoles culto. Las doce deidades principales que eran parte del panteón griego eran llamados "los olímpicos", estos yacían en el monte más alto de Grecia; el monte Olimpo... llegaron al poder después de la victoria contra los titanes liderada por Zeus y sus hermanos Poseidón y Hades.

A pesar de su grandeza, estas deidades no se privaban de relacionarse con los humanos, dando como resultado una amplia cantidad de semidioses repartida alrededor del mundo.

Fue a finales de la segunda guerra mundial cuando Zeus - el rey de los dioses - al ver cuan peligroso podría llegar a ser un semidios con sangre de uno de los tres grandes, decidió crear un acuerdo con sus hermanos, el cual prohibía que cualquier relación con mortales diera como fruto la vida de un semidios.

Esa historia es la que se sabía de memoria Jeon Jungkook, quien a sus once años llegó al campamento que prepara a semidioses en la actualidad a sobrevivir y a cargar con la responsabilidad que su poder representa, sobre todo si eres hijo de Poseidón. El dios que vergonzosamente fue derrotado por la década de los 2000 y en una noche de copas quebrantó dicho acuerdo.

- ¡Hey, Jungkook! ¿Qué haces mirando lejos? Hay mucho trabajo que hacer - Exclamó su amigo mitad cabra - lleva esto a los establos.

- Quirón te lo pidió a ti, Hoseok - lo miró mal - deja de ser flojo.

- Hazle honor a tu padre y ve a juntarte con caballos, ¿quieres? - estiró las monturas que cargaba al pelinegro - sabes que no les gustan los sátiros.

- ¿Sabes qué más sé? - preguntó luego de recibir los artículos - Hoy viene alguien nuevo.

- ¿Cómo sabes eso? - Respondió negando la cabeza - Las ninfas son muy chismosas. Pero ese no es el punto, hombre cabra; significa que hoy jugaremos atrapa la bandera.

- Significa que otra vez serás capitán y otra vez tendremos que aguantar tu ego dos semanas...

- Voy a las caballerías... - Refunfuñó en su andar.

Jungkook no podía evitar querer ganar. Tal vez era algo que todos los semidioses sentían, pero para el pelinegro se sentía como algo personal. Durante mucho tiempo y hasta ahora, siempre estuvo bajo la mirada del escrutinio al ser hijo del dios del mar y ser comparado con su heroico hermano Teseo, solo hacía que un fuego creciente en la boca de su estómago creciera cada vez más con el deseo de victoria.

Hacía un mes había cumplido los ansiados dieciséis años, edad en la que los semidioses en el campamento están autorizados para realizar misiones otorgadas por los directores de este.

Aunque Jungkook comenzaba a plantearse que tal vez, solo tal vez, Quirón lo esté ignorando a propósito para no darle una misión.

Quirón - el centauro y famoso entrenador de héroes - ya le había dicho que la sangre de un semidios, hijo de alguno de los tres grandes, es mucho más fácil de reconocer, sobre todo en la pubertad. Por supuesto, se salvó de más insistencias después de que Jungkook huyera al este querer darle la "charla sobre las hormonas".

Hacía cinco años había llegado al campamento mestizo, después de que fuera perseguido por un Gegenees - un gigante con seis brazos - y que la testaruda voz de su padre en su cabeza, lo guiara a dicho lugar. Fue increíble la emoción que sintió al darse cuenta de que no padecía de algún tipo de esquizofrenia; ya que escuchaba esa voz todo el tiempo y que tal adrenalina lo hiciera correr las yardas que en su clase de deportes se negaba a realizar.