☆ 𝐎𝐍𝐄

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📍 California, Estados Unidos.
Emily.

Parte de ser patinadora no es algo muy fácil, por lo general siempre tienes que estar constantemente en viajes, entrenamientos, conferencias, entrevistas, y eventos.

Justamente estoy en evento de caridad ya que están juntando dinero para una fundación, yo no me pude negar y acá estoy. Aguantando aplausos y regalos que tiran en la pista para que yo agarre alguno, me despedí con una sonrisa y salí de ahí lo más rápido que pude.

- Disculpa, ¿Donde se encuentran los baños públicos? -. Pregunté a una guardia de seguridad, ella me indicó un pasillo y yo agradecí.

Solamente quería ir al baño como una gran excusa para tener un momento para mí y descansar, siento que si sigo en movimiento el corazón se me va a reventar.

Abrí el grifo viendo como el agua caía de este. Metí mis manos para lavarlas y que de alguna forma me dejen de sudar.

- Aquí estás, ya sabes lo que tienes que hacer -. Me exalte en cuanto ví a mí entrenadora a través del reflejo del espejo.

Mierda.

- Christine, no quiero seguir con esas pastillas... Yo..- -. Guardé silencio cuando sacó una jeringa.

- ¿Quieres ser la mejor? ¿Ganar medallas? ¿Dinero? Entonces toma las pastillas y no me obligues a ponerte una inyección -. Me dejó una pastilla roja en la mano.- Éstas duelen menos -.

Dicho eso me ofrece una botella de agua, no se iba a ir hasta que yo la ingiera.

- Por favor. -. Supliqué pero fue en vano. Suspiré con pesadez y metí la pastilla en mí boca, tomé el agua de la botella eh hice como que pasaba la pastilla.

- Buena chica, no te tardes que tienes que hacer conferencia de prensa -. Christine se fue dejándome sola en el baño.

Me inclino sobre el lavado y escupo la pastilla casi disuelta, enjuago mi boca y cierro el grifo que en ningún momento dejó de botar agua, luego apoyé mis manos en el lavado.

La puerta del baño fue abierta otra vez, pensé que era mí entrenadora pero al levantar la vista logro ver la cara de un chico. Era alto, con el cabello negro, un peinado algo fuera de lo común y apariencia gótica.

- Te equivocaste, no es baño de hombres -. Fui la primera en hablar.

Él tenía sus ojos fijos en mí, se acercó y dejó un papel cerca de mí mano. Me da una última mirada llena de frialdad y se marchó sin más.

- ¿Qué le pasa? -. Me cuestione a mí misma.

Miro el papel de color rosa que estaba doblado a la mitad. Lo tomé y desdoble para leer lo siguiente.

« Quiero hablar contigo ».

Miré la puerta por la cual se había ido y después a la nota que me dejó.

- Y piensa que soy tan tonta como para ir -. Me reí para mí misma.

⋆༺♱༻⋆

- ¿De qué querías hablar conmigo? -. Le pregunté una vez que lo había encontrado.

- Sígueme. -. Se levantó de su asiento y caminó hasta unos pasillos, se que es mala idea seguir a un desconocido pero tenía demasiada curiosidad.

𝐁𝐋𝐔𝐓𝐈𝐆𝐄 𝐋𝐈𝐄𝐁𝐄 | 𝐁𝐈𝐋𝐋 𝐊𝐀𝐔𝐋𝐈𝐓𝐙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora