Prólogo.

0 0 0
                                    


Prólogo


Para disfrutar la vida, siempre hay que mirar hacia el presente, sin mirar hacia el pasado o saber que habrá en el futuro, sólo vivirla, esa es mi perspectiva.

La vida es como una rueda de la fortuna, un día estás en lo más alto y otro día estás en lo más bajo, pero nunca sabes que va a pasar, es un juego tanto de emociones, dramas, sentimientos y sucesos.

Ahora mismo no sé exactamente en qué parte de la rueda estoy, sentía unos nervios horribles que no podía controlar, estaba helada, mis manos casi ni las podía sentir, pero al mismo tiempo estaba emocionada por lo que iba a ocurrir, pero también tenía miedo, por lo que podría pasar.

Y qué tal si saldría corriendo o no le gustó, si dice que no era como él pensó que era, que tal si lo aburro.

"Necesitas respirar, chica"

Odio sobrepensar tanto las cosas.

-Solo se tú - me dijo a mi misma en el espejo, dándome mis últimos retoques de mi maquillaje.

Tarareaba un poco de la música  que había puesto en mi celular y una llamada entró.

Al ver su nombre en la llamada, me hizo sentir más nerviosa.

Respiré hondo y conteste.

-Ya estás por acá, por qué no te veo y una señora me está mirando feo- sonó una voz masculina en el otro lado.

Yo solo di una pequeña risa y dije - aún no, pero ya voy para allá.

-No te preocupes linda, aquí te espero- di una sonrisa y colgó.

Mis nervios me consumían cada segundo que pasaba, trataba de respirar hondo para tranquilizarme y salir de mi casa.

Sentía un pequeño nudo en mi estómago…

"¿Y si… pasa de nuevo…?"

Trate de borrar esa idea de mi mente.

Es otro año.

Es otra persona.

No pasará lo mismo.

No tengas miedo.

No, es él.

"Lo sé, pero, solo no quiero volver a caer, no otra vez."

A pocos metros de distancia, lo ví; ese nerviosismo se iba desvaneciendo cada que me acercaba más y más, mi corazón ya no se aceleraba tanto, mis manos ya no sudaban, sentía una sensación extraña, pero cómoda.

Al verlo de espaldas, tratando de buscarme, me dio un sentimiento de ternura y algo de gracia, en su forma que me buscaba.

Al tenerlo frente a frente, me llegó un olor tan delicioso de su perfume, al tenerlo de espaldas pude ver lo alto que era, bastante diría yo, toque su hombro y este inmediatamente se dió vuelta.

-¿Alana Evans?

Asentí y rápidamente él me abrazó.

Su abrazo me hizo sentir tan cómoda, que ni siquiera me dí cuenta cuánto tiempo estuvimos así.

-Por fin nos conocemos, Anderson.

-Ya te dije que me digas André, pequeña - dió una pequeña risita.

Y así fue como conocí a mi pequeño Anderson.






Mi Pequeño ArteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora