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Habían pasado varios días y no había tenido acercamientos con ninguno de los dos chicos de otros universos. Le daba algo de tristeza y curiosidad pero no le dio demasiada importancia, sabía que los volvería a ver.
—¡Ya me voy!—aviso Alice antes de salir de la florería. No recibió respuesta pero estaba segura de que había sido escuchada, así que se fue.
Todos los días de ida a la tienda y de regreso a casa caminaba por enfrente de la tienda de discos, mirando su interior, con la esperanza de ver al menos alguno de los dos chicos.
Curiosamente una cabeza con rastas en ella se encontraba asomada por detrás de los aparadores de la tienda. En cuanto Alice lo vio, entró a la tienda.
—¡Alice!, ¿cómo estás?— pregunto Elise, quien estaba detrás del mostrador, al verla entrar.
—Bien, gracias— dijo acercándose al mostrador dejando su mochila encima de el — ¿Y los demás? — preguntó al ver que se encontraba sola en la tienda.
—Fueron a la tienda de David— Elise puso la mochila detrás del mostrador mientras que su amiga se pasaba al otra lado saltándolo.
—¿A ver cómics?— Alice pregunto extrañada de la respuesta posicionándose al lado de Elise.
—Ya sabes, se comportan como niños aveces— respondió Elise rodando los ojos mientras Alice reía — Por cierto, ¿ya viste quien esta aquí? — apuntó discretamente al chico con rastas, quien miraba los discos, como ya era costumbre.
—Lo se, ya lo conozco— su amiga abrió un poco sus ojos con sorpresa haciendo que Alice riera.
—¿En donde lo conociste?— ahí fue donde Alice se puso nerviosa, no le iba a decir que lo conoció salvando Nueva York.
—Eh...— trago saliva mientras pensaba en algo — choqué con él, si, eso, mientras iba de camino a casa—dijo poniendo una sonrisa nerviosa.
—Claro, tu y tus choques en Nueva York— dijo en broma, pues su amiga siempre les contaba que chocaba con cualquier persona mientras caminaba—Bueno, iré a la bodega, no tardó.
Alice asintió mientras veía a su amiga. Se volteo a ver al chico de rastas.
—Es una buena canción— dijo Alice viendo el disco que tenía.
—¿Lovers Rock?— preguntó viendo el título.
—Mjm— Alice comenzó a acercarse al chico —Aunque, no es una canción rockera.
El chico rió y la volteo a ver.
—¿Alice?— el joven preguntó al sentir una pequeña corriente atravesar su cuerpo.
—Así me llamo yo.
—No te había visto por aquí— Hobie puso el disco en su lugar —Las pocas veces que he venido, claro.
—Si pasarás por la florería, me verías todos los días— dijo sonriendo.
—Claro, no lo pensé— la miro —Lo siento.
—No te preocupes— sonrió un poco más — ¿vas a comprar algún disco?
—No, no apoyó el capitalismo— sonrío —Solo me gusta verlos, se ven cool.
—Bueno, podrías acompañarme y te enseñaré los míos.
—Está bien.
Alice le dedicó una sonrisa y fue por su mochila, detrás del mostrador. Le dejo una nota a Elise avisando que se iba.
—Vamos— Hobie camino detrás de ella fuera de la tienda.
[...]
—Bienvenido a mi increíble hogar— Alice le dio la bienvenida a Hobie mientras entraban a su apartamento.
No estaba desordenado, pero habían algunas cosas tiradas por todos lados.
—No está tan mal— dijo Hobie mirando cada parte de la habitación.
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