⧉⊶༈𝓜𝑖 𝑒𝑠𝑝𝑜𝑠𝑜 𝓔𝒔 𝓤𝒏 𝒅𝒊𝒐𝒔༈⊷⧉

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— ¿no vas a comer?

Yuu miro al rubio, no tenía hambre , no quería comer , pero sentía que si decia algo le haría enojar,asi que simplemente comenzó a comer en bocados pequeños mientras seguía en silencio.

Mikaela le miraba con atención, comía cada vez más lento y bocados pequeños, no hablaba ni le miraba , inconsciente recordó a su amada , cuando esta solía enojar se , hacia lo mismo , enojado se levantó asustando al joven de ojos verdes — cuando acabes vete a tu habitación

El asintió mirando como el mayor se iba tirando la puerta, dejo la comida aun lado regresando a su habitación , paso por un gran ventanal que le mostraba aquella gran lejania , pequeñas lágrimas brotaban de sus ojos

La preocupación que tenía por su madre y su hermano le estaba matando, la culpa de que su padre murió por su culpa no le dejaba de atormentar, les extrañaba tanto, y solo rezaba por que su madre junto a su pequeño hermano esten bien.

Los dias tramscurrian , cada vez más veia que tenia manchas negras en todo su cuerpo, no entendía por qué y trataba de ocultar las , cada vez el comportamiento del rubio hacia el era muy malo

No tenía permitido salir de su habitación para nada, lacus siempre le molestaba y le hacía bromas pesadas, en este momento tenía terror de estar cerca del rubio, este intento tener intimidad con el a la fuerza

Le suplico y suplico por que parara , y fue que enojado le gritó que ni para eso servía, no entendía por que le trataba asi , su aptitud le confundía , primero le gritaba y luego le trataba algo bien . Decidío levantarse de la cama para darse un baño, al retirar las ropas de su cuerpo, se paralizó al ver que aquellas Manchas negras se estaban extendiendo más abarcando casi su cuello y piernas

No le decía nada de esto a ellos, de por si ellos le trataban mal , igual sabía que no les iba a importar . Tenía fiebre, y su cuerpo dolía, miraba hacia el techo, estaba corriendo el mes , se sentía débil y cansado

Escucho la voz del rubio acercándose a la habitación, cerro los ojos por un momento y fue cuando este entro — de verdad no te entiendo Mika – suspiro el zorro peli morado

— ella no a salido hoy

— por qué no le dejas– volvio a decir

El de cabellera rubia se acercó a la joven quien dormía , reviso su temperatura al ver que sus mejillas estaban muy rojas — tiene fiebre– exclamó mirando al peli morado

— es obvio, la maldición está haciendo efecto cada vez mas , ya se cumple el mes en poco tiempo, por eso te digo, aprovecha ahora y extrae su energía vital

— no seria justo para ella– se veía tan bonita mientras dormia , le enojaba que se pareciera tanto a su antigua amada, le molestaba que sus gustos le parecieran iguales

— de todas maneras, no as sido justo con ella desde que llegó, en pocos dias morira , nadie dura lo suficiente, lo máximo que puedes hacer, es apiadar
te de ella y terminar con su sufrir .

Suspiro pesadamente y salio de la habitación, se fue a su oficina donde René le estaría ayudando , esa chica pronto moriría , tal vez lacus tenía razón. Pero se parecía tanto a su amada , que no quería verla morir

¿Escucho bien? Pronto iba a morir.. que sería de su madre y su hermanito

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Cada vez más débil, cada vez más cansado , la fiebre era horrible y ni siquiera el rubio iba a verle . El moriría y no volvería a ver a su madre ni a su hermano.

Por lo que se entro de valor y decidió escapar para tal vez ver a su madre por última vez . Corria cada vez más rápido intentaba alejarse para encontrar a su madre , había ido al pueblo, pero no había nadie, todas las casas estaban solas , corrio en dirección de su casa y esta estaba derribada — ¡Mama! ¡Shiren!

Corrio a ver si estos estaban alli, pero no, entre los escombros no había nada , siguió con su camino hasta el bosque, fue que vio a su madre tumbado en el suelo , rápidamente corrió a su lado — ¡mama! ¡Mama! – le sacudia una y otra vez hasta que despertara , su hermanito no estaba por ningún lado – mamá perdóname

— ¿yuu?– escuchar su voz debil le hizo alegrar, sus ojos se abrieron un poco – ¿de verdad eres tu?

— si – tomo su mano con cuidado – vine a verte , ¿que le paso a la casa? ¿Al pueblo?

— la guerra empezó, muchos soldados del bando contrarió mataron a muchos, destruyeron sus casas

— ¿y mi hermanito?

— se lo llevo un samurai, me lo quito de las manos no pude hacer nada..

— te llevare conmigo tal vez pueda curarte yo-

— los Ichinose tienen un destino muy pesado bajo sus hombros – el azabache simplemente le escuchaba – después de la traición de aquella concubina, el emperador le lanzo una maldición a toda la familia, y esta es la muerte y el sufrimiento, no podrán tener una vida pacífica

— deja de decir estas cosas– le pidio

— tal vez tu no lo sepas , pero la familia de tu padre , es desendiente de la antigua mujer del dios Mikaela, tu y tu hermanito son descendientes de esa mujer– el era desendiente de la amada de Mikaela , su madre miro al cielo– la grandada del fenix – le escucho decir– es una fruta maldita y venenosa , que mata lentamente, nadie dura con vida lo suficiente después de comerla , solo tienen un mes de vida , la princesa te dio de comer esa fruta ¿verdad?

— tenia un sabor raro ..

— no te queda tiempo , en pocos dias tu cuerpo sera tornado negó y se convertirá en cenizas, esa es la maldición de esa granada

— no me importa – le sonrió a su madre mientras acariciaba sus cabellos – antes de morir encontrare a mi hermanito

— eso es imposible, hace un mes que lo alejaron de mi , supongo que , ya lo debieron matar – el albino lloraba en silencio mientras veía al cielo – te amo mucho mi amor.. recuerda lo siempre..

Su madre cerro sus ojos y su pulso se volvió débil por mas que le llamo este no volvió a despertar, lloraba y gritaba mientras abrasaba el cuerpo sin vida de su madre . Siempre fue un buen niño, siempre fue un bueno hermano mayor, un buen hijo , siempre velando por la seguridad de su familia y ahora estaba solo — ¿quien eres?– escucho la voz del rubio tras suyo– sabemos que no eres una mujer, lo sabemos desde el primer día que pisaste pie en el santuario , no puedes engañar a un dios

— Yūichiro, Yūichiro Ichinose – dijo sin mirarle

— entonces si eres desendiente de yukina

— a quien le importa si lo soy, sólo quiero morir para encontrarme con mi familia. .