Me había levantado mucho rato antes de la hora que habíamos acordado, me di el mejor baño que me había dado en años, poco menos me falto echarme cloro encima. Saliendo me coloqué una ropa que ya había dejado elegida y bien planchadita la noche anterior. Me lavé los dientes, me puse a masticar chicle de menta y para terminar casi cinco litros de perfume encima. Estaba listo.
-Hijo, ¿qué haces tan temprano despierto? ¿no te habían suspendido?- Preguntó mi mamá apareciendo por el pasillo que daba al living. A ella ya no se le hacía raro, no es la primera vez que me suspenden.
-Sí, por eso mismo voy a aprovechar el tiempo para ir a ver unas cosas de la banda.
-Está bien, pero con cuidado... Que anda harta gente mal intencionada.
-Sí mamá, no voy solo.
-¿Y con quién vas que estás tan arregladito?
-Con el Claudio, pero uste' tiene que quedarse piola porque él va a hacer la cimarra.
-Aaah ya ya.-Dijo entre risas. Se acercó hasta mí y me dió un beso en la cabeza.- Te ves precioso mi niñito, cuídense harto y acuérdese que voy a estar afuera hoy así que no llegue tarde a la casa.-Se devolvió a su pieza.
Me quedé pegado mirando la tele hasta que alguien tocó la puerta, la apagué inmediatamente y me levanté de un salto. Me miré un poco al espejo y me arreglé el pelo antes de abrirla.
Ahí estaba él, tan hermoso como siempre.
-Hola Jorge.-Me sonrío todo nervioso, me daban ganas de comérmelo a besos.
-Te vei' entero rico.-Podría haberlo dicho de una manera más romántica, pero en fin soy chileno.
-Yaaa...-Me dio un golpe suave en el brazo y se puso a mirar para otro lado para que no notara que se había sonrojado. Cerré la puerta detrás mío, me acerqué a él, tomé su barbilla suavemente y le di un piquito en los labios. Él se separó y miró para todos lado.-Aquí no.
-Pero no hay nadie.
-Tu no sabes...-Dijo con la voz temblorosa y aún asegurándose que no había nadie alrededor.
-Mmm bueno... Vamos entonces...-Dije intentando ignorar su comportamiento extraño.
Empezamos a caminar hasta una especie de avenida que quedaba cerca de nuestras casas, ya que, por ahí pasaban las micros. Durante el camino nos fuimos en silencio, uno que no sabría decifrar si era incómodo o no. Estaba vacío puesto que los escolares estaban en clases y la gente en sus trabajos.
-¿Cómo dormiste anoche?-Le pregunté para romper el silencio.
-Bien... Contento.
-¿Ah sí?
-Sí, porque me llamaste...- Me sorprendí, era la primera vez que me coqueteaba así que dirigí mi mirada a él, estaba sonriendo.- ¿Y tú cómo dormiste?
-Sabi que te voy a ser sincero... Dormí terrible mal.
-Chuuta, ¿por qué?
-Porque no dormí al lado tuyo.
-Yaa oh'-Me empezó nuevamente a dar golpecitos.
-¿Ya qué?- Le pregunté aguantando la risa
-Me da verguenza...-Dijo mirando para otro lado, yo le empecé hacer cosquillas y él también a mí de vuelta, ambos nos empezamos a reír como weones.