Cuéntame de ti. – le dijo ella. Arropando la taza de café caliente entre sus manos. Subió la manta hasta sus brazos.
No dani… - negó con la cabeza mientras reía.¿Por qué no? No eres la única que ha hecho cosas malas en el mundo… - Calle puso los ojos en blanco. Y él deseo tanto besarla en ese momento. Se veía tan bonita cuando era así de inocente con élla.
No. – la miró a los ojos. – mi vida está llena de problemas… ¿vale? Porque no mejor…me cuentas de ti.
Mi vida está llena de cosas aburridas. – Calle se inclinó para tomar su taza de café.
Cuéntamelas.Sí, claro… no creo que te guste escuchar las cosas aburridas de una tonta como yo…
No digas eso. Me importa todo. ¿Todo de mí? Absolutamente todo.
Sí… - susurró élla.Calle enrojeció, aunque no mucho.
Bueno… iba a graduarme… - encogió los hombros, bajando la mirada y abriendo un poco los ojos. No digas iba…
Es que tendría que a verme graduado ya… pero…Te voy a dejar libre. – le dijo élla. Aunque algo por dentro le golpeaba el alma. ¿Así se siente esto?
CALLE bajó la mirada. Inquieta. Tenía que decirle algo. Ahora. O nunca más tendría la oportunidad. Maria Jose...
¿Sí?
¿Qué harás después de esto?Élla se quedó callada. Sencillo, entregaré el dinero a las personas que me convocaron para secuestrarte. Y luego… me olvidaría de todo esto. Sencillo…
Viajaré. ¿A dónde?Poche permaneció callado de nuevo.- Sí puedo saberlo…
- Que se yo, aún no lo he pensado.
Ah… - Calle dejó la taza de café sobre la pequeña mesita en frente del diván.Aquel diván… recordó un pequeño fragmente de la otra noche. Aquella donde habían… - quiero decirte algo… - las manos empezaron a humedecerles. Estaba nerviosa. ¿Por qué? Ya no lo entendía. O tal vez sí. Pero no quería admitirlo.
¿Qué? – élla se acercó al cuerpo de Poche, le acarició un muslo. Ella tragó saliva. No sé… es que… Dime… Te vas burlas de mí…No lo haría. Sí, lo harías.. Vamos…
Ella respiró hondo. Dándose ánimos por sí sola. Aquello que le diría lo había tenido pensado desde el aquel momento…donde había sentido más que solo atracción física. Aquello que tenía guardado dentro, pero no lo quería sacar, no quería mientras se tratara de una mujer como élla, que parecía tener pocos sentimientos. Quiero irme contigo.
Élla reaccionó ante sus palabras. No podía creerse lo que acaba de escuchar… la misma Calle pidiéndole que la llevara a donde élla fuera a parar. ¿Qué? – preguntó.
Quiero ir contigo… - volvió a repetirle ella. También se le acercó. El pulso de Poche empezó a acelerarse, dándose cuenta de que solo se ponía de esa forma cada vez que Calle solía acercársele. – es lo único que pido.
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El Secuestro
RomanceDaniela apretó el móvil entre sus manos. Agitada. Pero no lo daba a notar. Soltó un suspiro. Sus cuatro mejores amigas habían desaparecido en lo que iba la noche y si el instinto no le fallaba...ella podría ser la siguiente en desaparecer.