CAPÍTULO 10

278 36 7
                                    

LA PUBLICISTA

JENNIE

Observé las líneas de asunto en mis correos más recientes, sin saber si reír o suspirar.

Asunto: Nunca pensé que vería el día en que "Lalisa Manobal" fuese agradable. ¡Buen trabajo!

Asunto: Felicitaciones por hacer que la Sra. Insoportable sea soportable.

Asunto: ¿Qué tipo de drogas metiste en su sistema?

Asunto: ¿Estás follando con ella? (La gente se pregunta si ese es tu secreto, pero puedes confiar en mí, cuéntame la verdad. ¿Lo estás?)

Durante los últimos treinta días, Lisa ha llevado al límite todo lo que creía saber sobre ser publicista. Fue definitivamente obstinada y mucho más que arrogante, pero tenía un lado suave que mostraba de vez en cuando.

Un lado suave que no hacía nada para aliviar la tensión sexual entre nosotras.

Ahora, ella estaba arriba cincuenta a treinta en nuestro juego de "¿Quién puede volver loca a la otra primero?" Pero hizo su misión personal llevarme a casa al final de cada día. Nos lanzábamos a la garganta de la otra mutuamente durante nuestras reuniones estratégicas de la mañana (Ella todavía tenía problemas para abstenerse de decir la palabra 'mierda' en las entrevistas simuladas), pero insistía en invitarme a almorzar todas las tardes. E incluso en noches como esta, cuando se rehusaba a trabajar en la "entrevista de reparación", se ofrecía voluntariamente en ir por algo para cenar.

Eran momentos como esos los que deberían haberme hecho sentir culpable por usarla como inspiración para todas mis fantasías nocturnas, cuando a menudo me quedaba dormida con los dedos enterrados profundamente en mi vagina.

Debería darme vergüenza imaginarla follándome en medio de nuestras sesiones de práctica para las entrevistas en lugar de ponerle toda mi atención. Era un total y absoluto fraude por comprar lencería y usarla bajo mis vestidos con la esperanza de que ella se diera cuenta.

Me levanté de la mesa de juntas y miré hacia afuera por la ventana. Solo quedaban sesenta días en mi contrato y honestamente me preguntaba si ambas podríamos llegar a ser amigas después de que todo terminara.

O al menos tener sexo de nuevo...

El sonido del timbre de mi teléfono interrumpió mis pensamientos y miré la pantalla.

Jisoo.

-¿Hola? -respondí.

-Hola, Ruby -había una sonrisa en su voz-. Es Jennie Ruby, mi supuesta mejor amiga, ¿verdad?

-Lo soy -me reí-. Lamento no haber devuelto todas tus llamadas y los mensajes. ¿Qué pasa?

-No mucho. El mercado bursátil me ha estado pateando el culo, todavía estoy esperando que te ofrezcas como voluntaria para comprarme un Tesla, y Rosé y yo tuvimos sexo el otro día. Probablemente continuaremos haciéndolo por un tiempo y em... Sí, eso es todo. Nada nuevo.

-¿Acabas de decir que tú y Rosé tuvieron sexo? ¿Es otra Rosé o mi compañera de piso, la germofóbica, Rosé?

-La segunda.

-¡Qué! -mi mente estaba impresionada- ¿Cómo?

-¿Qué quieres decir con cómo? -se rió- Solo hay una manera de tener sexo. De hecho, estaba esperando que regresaras a casa, pero eso fue antes de que me dijeras que pasarías la noche en tu oficina. Como sea, ella se sentó junto a mí mientras yo estaba viendo una maratón, y así pasó.
Bien, ella trajo un extraño paño de plástico para que folláramos sobre él antes de llegar más allá, pero aparte de eso, fue bastante increíble.

LA CLIENTA | JENLISA ADAPTACIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora