La rubia sonrió con ternura ante la confesión de Natsu, ella sentía lo mismo. Quería ser la primera y única mujer de el, la única que pueda besarlo, la única en escucharlo decirle "Te amo", la única mujer que permanezca a su lado para siempre. Tomo el rostro del pelirosa con sus delicadas manos y lo acercó hasta unir de nuevo sus labios, ese beso fue lo último que hizo para que perdiera el control de si mismo.
-Luce...- Dijo a unos escasos centímetros de los labios de la rubia -Luce...- Volvió a pronunciar con anhelo.
-Aquí estoy, Natsu... No me iré- Natsu ha cerco su nariz al pequeño hueco del cuello y del hombro, respiro profundamente haciéndole el aroma a fresa que la caracterizaba, ese olor lo volvía loco, un idiota sin remedio e a un puto adicto a ese olor tan dulce de Luce, SU Luce.
-Lo se...- Las manos del pelirosa empezaron a descender desde los pechos de ella hasta la pequeña prenda que cubría su feminidad, dando a su paso pequeñas caricias que le arrancaban suspiros a Lucy.
Por otra parte Lucy llevo sus pequeñas y delicadas manos hacías la fornida espalda del Dragón Slayer, lo ha cerco a ella, chocando su pecho con el de Natsu.
El gruño levemente al sentir los montículos erectos de sus pechos contra el, eso provoco que la parte masculina de el empezara a despertar. Con mucha delicadeza, sus manos empezaron a viajar a la parte mas profunda de ella, empezó a darle suaves caricias sobre su ropa interior. Lucy empezó a gemir en voz baja, una de sus manos se estrecho haciéndola puño contra las sabanas de la cama.
Natsu impaciente por escuchar más de esos hermosos sonidos provenientes de los labios de la rubia, con la otra mano poso en el pecho derecho de ella, lo estrujó y masajeo a la vez que le daba atención a la parte de abajo de ella.
-Dios... N-natsu...- Sus gemidos de la rubia empezaron a ser mas altos, pero no al punto de gritar. El pelirosa dio una sonrisa ladina, al sentir como sus dedos se empezaron a mojar con, aun puesta la intima ropa.
-¡Ah!... Ngh~ N-nats... Natsu...-Sus dedos fueron metiéndose poco a poco entre el trozo de tela de ella, la rubia se tenso al sentir como el dedo corazón de su amante empezó a darle círculos alrededor de su clítoris suaves y deliciosos movimiento que el le estaba dando a ella. -¡Ah!- Dio un pequeño grito a sentir como fue penetrada por el mismo dedo que la estaba tocando hace unos instantes, su dedo empezó a moverse con destreza dentro de ella, entraba y salia, daba pequeños círculo y a su paso rozaba en clítoris.
Natsu al ver como el pequeño cuerpo que se encontraba bajo el que se retorcía de placer, sintió como sus partes bajas empezaron a palpitar por atención. Gruño a sentir las caderas de Lucy rozar su hombría, no sabía como podía sentí lo aun puesto sus pantalones, pero en verdad que esos rozes que le daba ella se sentí en jodidamente bien.
El rostro de Natsu fue bajando hasta toparse con el pecho que dejó sin atender, Lucy al sentir el cálido aliento en su pezon dirigió la mirada hacia el y pudo vislumbrar la sonrisa juguetona en los labios de Natsu.
-¿N... Natsu... Q-que...? ...¡Kya! - Su palabras murieron al sentir la cálida boca del matadragones en el pecho de ella dándole las mismas atenciones que el otro. Chupo, succiono con poca fuerza el montículo rosa de ella, recorrió con su lengua todo el contorno el pecho, ya para Lucy sus gemidos eran imposibles de controlar, su cuerpo pedía por más, quería más de el, pero también quería complacerlo, quería ver también el rostro de placer en el.
Así que se soltó del agarre que tenia con las sabanas y fue hacia el inició del pantalón del chico. Con mucha delicadeza y poca destreza intento deshacerse de los pantalones del chico, Natsu al ver la cara de frustración de su chica dio una leve risotada.