𝐈𝐕

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Y al día siguiente, Quackity y Wilbur se reunieron en la casa del más alto después de la escuela. Wilbur quizá no era el alumno número 1, ese era Vegetta, pero le entendía bastante a los temas y estaba dispuesto a darle tutorías privadas a Quackity. Entró con su mochila en uno de sus hombros y la canasta de sus huevijas en otra mano.

Puso aquella en la mesa del comedor. Dejó su mochila y tomó asiento donde el castaño le señalaba.

—¿A qué materia no le entiendes?

—A ninguna —dijo risueño. Wilbur rió y luego adoptó un semblante serio.

—Bueno, empezaremos por química…

Pasaron la tarde en eso y Quackity se sorprendió al ver que le entendía más a Wilbur que a su maestra. Acordaron verse al día siguiente y antes de irse, Quackity sacó un chicle de su bolsillo y se lo dio con un sonrojo. Sus huevitos se quedaron pues era el turno de Wilbur de cuidarlos.

—¿Y eso que te ves tan feliz, pato? —le preguntó Roier.

—Es que pasó la noche en casa del Wilbur —dijo Missa con una sonrisa. —¿Sí o no, pato?

—¡Missa!

—¡Eso significa que sí! —se burló Roier.

Riendo, los tres amigos entraron a clase, y antes de sentarse, observaron una pequeña interacción entre Missa y Philza. ¿Quién creería que aquellos dos se harían buenos amigos? La primera clase de ese día era matemáticas, muy importante, y Wilbur aún no había llegado. Cada tanto miraba la puerta con nerviosismo, esperando que el castaño entrara en cualquier momento. Cuando empezó la clase de español, se levantó y pidió permiso para ir al baño y le mandó un mensaje, bastante preocupado.

Sólo se marcó una palomita y se preocupó, hizo ejercicios de respiración, okay, tal vez era muy exagerado de su parte preocuparse por su —ya no tan inalcanzable— crush, ¿pero y si le había pasado algo?

—Ya wey, seguro tu novio se enfermó o algo —le dice Roier a la hora del receso, sacando su torta. —Ve a verlo después de la escuela. Por cierto, ¿viste a ese chico guapo del otro salón? ¿El del mechón blanco? —suspiró.

—Pensé que te gustaba Spreen —dijo Missa.

—Pues yo pienso que te gusta Philza —dijo, recibiendo una negativa del morocho—, pues ya ves, no te gusta él y a mí no me gusta Spreen.

—Se llama Cellbit, ¿no? —preguntó Quackity.

—¿Tú cómo sabes eso? No vayas a poner celoso a tu novio —dijo, siendo él el de los celos, sin darse cuenta que Luzu había pasado detrás de ellos.

—Todavía no somos novios, escuché que le dijeron cuando salí del baño.

En ese momento, llegó el tan ansiado mensaje de Wilbur, en donde se disculpaba por no asistir y que ese día no podía ayudarlo a estudiar: estaba enfermo de gripa y no quería contagiar al pato.

—Bueno, ya no te preocupes tanto, pato. Ya tienes una respuesta —dijo Roier mientras entraban al salón para la clase de biografía con esa maestra de cabello rojo que era el mismo demonio, una hija de puta en palabras de los estudiantes.

Lo que Wilbur no sabía, era que Quackity no se iba a quedar de brazos cruzados.

𝐄𝐆𝐆'𝐒 𝐏𝐑𝐎𝐉𝐄𝐂𝐓 | quackburDonde viven las historias. Descúbrelo ahora