Miles estaba por entrar a la fiesta, Gwen lo había invitado de último minuto y estaba algo estresado, siempre había apreciado tener planes establecidos para todo ABSOLUTAMENTE TODO.
Así que obviamente salir de imprevisto lo tenía colgando del último hilo de paciencia que poseía y sentía que está noche seria larga y tal vez, tediosa.Gwen se acercó para saludarlo, abrazarlo de la cintura y conducirlo al interior de la casa del anfitrión de la fiesta para presentarlos.
Había un tumulto enorme de gente, pero el recinto tenía tanto espacio que aún podía percibirse "vacía".
Todos tomaban, bailaban o platicaban entre si, gente jugando retos de bebida y parejas en las sombras de la casa, dandose amor.Miles solo se preguntaba para sus adentros si la fiesta valía enteramente la pena o si solo lo hacía por complacer a Gwen, que estaba tan feliz de presentar a sus amigos con el y eran tan buenos amigos que la seguiría a dónde fuera.
Miles estaba hace tiempo enamorado de Gwen, cuando ellos se encontraron en una exposición de talentos en la ciudad, hicieron conexión inmediata, hablaron por horas mientras pasaban los demás concursantes y se habían dado cuenta que solo los separaba un año de edad.Miles cursaba su último año de preparatoria y Gwen empezaba su primer año de universidad en la facultad de música de la ciudad, a Miles le agradaba demasiado, pero sabía perfectamente que no seria correspondido, Gwen ya tenía su frase en el brazo cuando se conocieron y el no la poseía... Aún.
El tema del alma gemela siempre era problemático para el, como todo lo perfeccionista que era, siempre cuando conocía a alguien nuevo, se aseguraba de tener pensamientos amables, en caso de presentarse el momento de conocer a su otra mitad, por lo que Miles siempre estaba pensando cosas positivas de la gente, pero cuando llegaba a la comodidad de su solitaria casa, pensaba en realidad cuánto podía aborrecer a ciertas personas.
Por ello es que estaba tan inexplicablemente nervioso, no quería llegar al lugar sin estar preparado mentalmente para ser una persona amable con todos, no enfocaba bien su mente en los pensamientos que tenía hacia los demás y se sentía aterrador pensar en decir algo inapropiado.
Mientras estaba hundido en sus pensamientos, ya había pasado por muchísima gente y hasta ahora, lograba mantener la cordura pero estaba al borde del desespero.-Miles, ven te voy a presentar a mis amigos-. Dijo Gwen para jalarlo del brazo y atraerlo a un grupo de personas que le parecieron a primera vista, muy amigables.
-Chicos, el es Miles, el chico que conocí en el concurso a principios de año- dijo Gwen dirijiendose a todos a su alrededor.
-Un gusto en conocerte, Pavitr Prabhakar, para servirte- dijo un chico de pelo sedoso y negro, más o menos de la estatura de Miles, con ropa muy distintiva y con estilo.
-Que onda hermano, soy Hobie.- le sonrió un chico de cabello afro, con energía amigablemente sería, pero relajada al mismo tiempo, su estilo gritaba punk por todas partes.
-Hola, soy Miles, un gusto conocerlos a todos- dijo Miles un tanto nervioso, aunque la preocupación paso rápido, en cuanto se dió cuenta de que podía pensar libremente, los brazos de Pavitr y Hobie ya tenían marca, de echo parecían estar entrelazados, como una conversación.
Supo inmediatamente que eran almas gemelas cuando los vio tomarse de la mano, un segundo despues de saludarlo y lo noto más cuando pasado algún tiempo en la fiesta, los encontró en el baño, besandose.Miles estaba cansado, pero se había divertido hasta ahora, había tomado unos tragos, no demasiados para no alertar a sus padres, pero los suficientes como para dejar de pensar tan duro en todo el mundo.
-Ven Miles, por fin encontré a Miguel, te va a encantar conocerlo, vamos! -. Gwen tomo de la mano a Miles y caminaron hasta el final de unas escaleras que conducían al segundo piso.
Cuando volteo, vio al hombre más tonificado y grande que había visto en su vida, su cabello minuciosamente peinado hacia atrás, con unos cuantos mechones en la frente, su torso y brazos vistiendo una camisa abotonada de seda color azul obscuro, sus jeans marcando las piernas más definidas que alguien podía presenciar, sus dientes, que asomaban por las comisuras de sus labios dos pequeños pero pronunciados colmillos al sonreír, tez morena y cara esculpida por angeles.
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Soulmate.
RomanceAU soulmate, cuando conoces a tu alma gemela, en sus brazos quedará tatuado el primer pensamiento que tuvieron al verse.