Tus pétalos rozaron mi superficie endurecida y de alguna manera se hicieron con ella, destruyendo y ablandando cada centímetro a lo largo y ancho. Tus raíces se volvieron mías e hicieron que tocase tierra logrando que haya en mí conocimiento divino.
Oh flor de campo, enamoraste mis sombras y me hiciste soñador de futuros a tu lado. Te amo.