Seré tu sensei

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8 de abril del 2012

—¡Chou, dos puntos! ¡Minatozaki, dos puntos!

Los gritos y las porras de los espectadores aumentaban aún más con cada segundo que pasaba. La gran mayoría iban dirigidas a la taiwanesa, mientras que una pequeña parte a la chica nueva.

—La adrenalina se siente hoy, ¿no lo creen? ¡Ambas chicas están a un punto de ser la nueva campeona del torneo All Valley! ¿Quién será la afortunada que logre llevarse la victoria? ¡Todo puede pasar!

—Tres, dos, uno, ¡comiencen! — Impuso el réferi.

Las dos chicas estaban posicionadas para pelear, decididas por obtener ese último punto. El sudor en sus frentes y la decisión de sus miradas eran la prueba viviente de que no iban a echarse para atrás.

Todo pasó tan rápido, y en fracción de segundos, la japonesa alzó su pierna lastimada por el encuentro anterior y conectó un golpe en la cara de la taiwanesa, llevándose así el tercer punto, y por consecuencia, el título de campeona del torneo del All Valley.

—¡Felicidades a la ganadora, Minatozaki Sana!

Presente.

—¡Carajo! ¿Ya no hay agua? — una rubia muy molesta seguía insistiendo en abrir y cerrar la llave de la regadera. Esperaba poder bañarse tranquilamente con una buena ducha caliente, y en su lugar, hubo nada. —¡Fantástico! Llegaré tarde otra vez. — dio un fuerte golpe al objeto que en este momento era su tortura y cayó al suelo. —Me lleva la mierda.

La regadera rota, el departamento sin agua, ella sin tiempo y ningún centavo para comprar el desayuno; todo apuntaba a que iba a ser otro mal día en la vida de la Taiwanesa.

Salió del baño para dirigirse a su habitación. No podía perder más el tiempo, debía vestirse ahora, luego resolvería los problemas que le estaban causando dolor de cabeza.

Seleccionó un conjunto que consistía en unos jeans, camiseta negra y chaqueta color caqui. No tenía mucha ropa para elegir; no podía darse el lujo de comprar constantemente, ya que su sueldo de camarera no daba para más.

Una vez lista, tomó una manzana y la mitad de un tocino que le había sobrado de la noche anterior, para por fin salir al trabajo que tanto la estresaba. ¿Quién diría que en un lugar tan pequeño y simple se puede vivir un gran tormento?

La Taiwanesa se dirigió a su auto, y antes de poder subir, fue detenida por una adolescente de cabello largo y negro. —Hola, soy Nayeon. Mi familia y yo nos acabamos de mudar al 109. — sonrió.

La rubia gritó internamente, tratando de no empujar a la chica hacia al otro lado de la calle para evitar la conversación. —Genial. Más inmigrantes.

—En realidad, somos de Seúl. Pero eso no importa. Quería preguntarle si tenía problemas con la presión del agua, porque no sé si es nuestro fregadero o-

—Escucha, sonrisitas. Hace más de cinco años que vivo en esta mierda de lugar. Las tuberías no funcionan a veces y lo único bueno de estar aquí es que no debo hablar con nadie, así que fue un gusto. — la Taiwanesa no esperó respuesta alguna y subió a su auto, dispuesta a seguir con el desagradable día que estaba teniendo.

[...]

—Tzuyu, ¿otra vez tarde?

—Lo siento, Tae. Tuve un mal día hoy y-

—No me importan las excusas que me tengas, ya lo sabes. Solo quiero que tomes esas dos grandes bolas que tienes y te pongas a trabajar.

—S-sí.

I'm Better Than You -SaTzu- (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora