1. Me gustas

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POV. Shirabu

No se cuando comencé a sentir mariposas en el estomago, a ruborizarme cuando estoy contigo o cuando pienso en ti, no se cuando comenzaste a gustarme ni porque ya que se supone que nos "odiamos", más tú a mi porque te robe el puesto de colocador titular. Si hace unos meses me hubieran preguntado si el hecho de que me odiaras me importa habría contestado que no, sin embargo ahora es la fuente de mi malestar, me gustaría preguntarte si me odias, pero, se que se vería muy sospechoso, se supone que somos indiferentes el uno del otro. Pero esos pensamientos me atormentan sobre todo por la noche y son la causa de mi reciente "insomnio" por llamarlo de alguna manera, eso está afectando en mi rendimiento tanto a nivel deportivo como académico y creo que el entrenador ya se ha dado cuenta de ello. Siendo sincero, mis colocaciones últimamente son tan malas que nadie consigue rematarlas.

El entrenador va ha anunciar unos cambios por eso nos ha citado a todos después del entrenamiento. Seguro que alguno de ellos tiene que ver conmigo.Me encuentro nervioso miles de escenarios se me pasan por la cabeza, uno de ellos, que me quiten el puesto de titular, sería horrible sólo de imaginarlo se me revuelve el estómago. Antes de que diera cuenta el entrenamiento terminó y el horrible momento estaba por llegar.
Comenzó con algunos cambios insignificantes como la alineación: que si Ushijima comenzaría el próximo partido sacando o que cambiaríamos un poco la alineación de ahora en adelante en los partidos, nada tenia que ver directamente conmigo, cuando pensaba que el peligro había desaparecido el entrenador anunció lo siguiente:

-El último cambio será en la alineación titular-comentó con aire serio y me miro- Semi pasa a ser el colocador titular Shirabu pasa a la reserva-y con esa sentencia terminó nuestro entrenamiento.

Cuando mire a Semi pude ver un aire triunfal en su rostro, giró su cabeza y me miró con superioridad.
-Sabia que no durarías mucho como titular- sonrió triunfal

Sus palabras se clavaron como dagas en mi pecho, tuve que contener las lágrimas de pena y frustración que amenazaban con escapárseme de los ojos, en ese momento no quería ver a nadie, y acabe huyendo del lugar.

Corrí tan rápido como me lo permitían mis piernas para tratar de llegar a casa lo antes posible.

Una vez allí di gracias a que mis padres trabajaran hasta tarde porque si no verían mis ganas de llorar y no me gustaría que nadie me viese, fui directo a mi cuarto, no tenía hambre y me eche a mi cama a llorar hasta que me quede profundamente dormido.

Mirai //semishira//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora