Hera •Carlisle Cullen•

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-Mamá, yo quisiera irme de Italia, quiero vivir yo sola.- Esperé ansiosa su respuesta de todas formas se desharía de mi y podría traer a los hombres que quisiera a su casa.

-¿Vivir tu sola? JAJAJAJAJA.- Se estaba riendo de mi a los cuatro vientos. Su risa era amarga.

-No eres capaz de aguantar un ataque de ansiedad tú sola y, ¿te quieres ir a vivir sola a otro país?- Si supiera la cantidad de ataques de ansiedad que he tenido que superar yo sola.

-Sí, quiero alejarme de tí, de tu forma de ser y de los hombres que traes a esta casa.- Tengo el dinero de mi padre, el se preocupa más por mí pero mi madre tiene la custodia completa.

-Está bien, pero no quiero que vuelvas, te vas a quedar ahí sola y, si vuelves, vas a hacer lo que yo te diga. ¿Estamos de acuerdo?- No me prestaba atención, le prestaba toda su atención a la copa de vino que se estaba bebiendo.

-Bien, me voy a ir a Forks.-

-Querida hija, me importa una mierda donde te vayas. Tú y yo no nos vamos a volver a ver a menos que vuelvas.- Auch, eso ha dolido.

-Perfecto, me voy a hablar con papá, el me dará el dinero necesario para el coche, la casa y sus gastos, la comida, los materiales escolares, la ropa y bueno, mis caprichos. No me quiero llevar nada de aquí.- Se veía feliz la mujer que tengo por madre.

-Te quiero fuera de esta casa antes del viernes, estamos a martes así que tu verás, ya puedes correr a hablar con tú padre.-

-Si, de echo lo que queda hasta que me vaya me voy a ir a pasar el tiempo con él.- Sabia que eso le dolía, a mi padre nunca le importó mi madre, fué un matrimonio arreglado.

Subí las escaleras hasta mi habitación, cogí el móvil y llamé a mi padre. Sonaron dos tonos hasta que contestó.

-Hera, ¿que pasa cariño?-

-Papá, quiero irme a Forks el viernes por la tarde, ¿Hasta entonces puedo quedarme contigo? No me apetece estar más en esta casa. Este no es mi hogar.- Sabía que no me lo iba a negar.

-Claro que sí princesa, voy a mandar a Richard a por tí, ti amo.- Adoro a mi padre y adoro su italiano.

-Ti amo di pliu.- Corte la llamada y me di una ducha, no iba a hacer maletas porque tengo mejor ropa en casa de mi padre.

Salí de la ducha, cogí ropa interior, me la puse y fui al baño de mi habitación a maquillarme y peinarme. No me iba a complicar mucho así que peine mi pelo liso, me puse rímel, colorete y le di un poco de color a mis labios.

Salí del baño y fui al armario, escogí un jersey negro de mangas abullonadas pero tenía unos agujeros en los hombros que los hacía quedar al descubierto, me puse unos pantalones negros de cuero que hacían resaltar mis largas piernas y me puse unos tacones de aguja negros. Cogí un abrigo marron clarito y con su cinturón lo amarre a mi cintura. Era invierno así que el abrigo me hacía falta. Cogí mi zadig negro y metí mis gafas de sol, el gloss, los auriculares, el cargador, el móvil y un todo el dinero que tenía guardado en mi habitación por si alguna vez me hacía falta.

Bajé las escaleras y vi a mi madre con otro hombre, no me moleste ni en despedirme de ella. Salí de casa y ya estaba Richard con el BMW negro esperándome, le saludé y me subí atrás.

En vez de cojer el movil durante el trayecto como hacia siempre, me limité a observar, echaría de menos las calles de Roma. Se estuvo en silencio hasta que habló Richard.

-Me ha dicho su padre que se va a Forks.-

-Si, estoy harta del panorama que hay en la casa de mi madre.- Le confesé, nunca había tenido buena relación con mi madre pero empeoró con el divorcio.

-Tengo un hermano allí, es el sheriff del pueblo, ¿le pasaría saludos de mi parte?- Me preguntó un tanto tímido.

-Claro que sí Richard, ¿Como se llama el?- Le tengo mucho aprecio a Richard, el siempre ha sido mi chófer así que lo echaría de menos.

-Charlie, Charlie Swan.- Dijo Orgulloso.

-Esta bien, pues cuando lo vea lo saludaré de tu parte.- Me miró por el retrovisor y le sonreí cálidamente.