Avatar: La leyenda Azul

Episodio 1: Subyugacion

Cuando miraba el mundo exterior a través de la pequeña ventana de mi cuarto me sentía atrapada, aprisionada, humillada como si de un animal salvaje se tratara. Anelaba cada momento el poder salir e incinerar a todos y cada uno de los desgraciados que me encerraron aquí en especial a la campesina mugrosa y el patético de mi hermano. De no haber sido por ellos mi coronación hubiera sido gloriosa pero me derrotaron y tomaron el control de todo, pudieron hacerlo gracias a qué el avatar derrotó a mi padre terminando así con 100 años de gloriosa conquista. Ahora me encuentro en un cuarto blanco acolchado sin nada más que una ropa especial de cuerpo completo que amarra mis brazos alrededor de mi tronco como si de un abrazo se tratara mientras mis piernas están encadenadas entre si, odio la postura en la que estoy y más tener siempre que estar sentada viendo hacia un rincon de este asqueroso lugar, pero siempre que volteo está mi madre ahí parada, mirándome con tristeza, decepcionada del monstruo que tiene por hija, aunque siempre trata de disimularlo con palabras dulces. Mi cabello suelto se mete en mi boca aveces y me tapa parte de la visión, siempre me desagradó traerlo así pero ahora no puedo acomodarlo de ninguna manera. Mis manos, brazos y piernas hormigueaban todos los días por las incómodas posiciones en las que me quedo casi todo el día y como duermo durante la noche pero ahora solo están frías, recordándome que llevo así mucho tiempo.

Antes intentaba escapar casi todos los días, pero todos y cada uno de mis avances fueron frutados, después del primer año deje de intentarlo ahí fue cuando el idiota de Zuzu comenzó a venir más seguido para tener según el "tiempo de hermanos", una basura pusilánime con la que me torturaba durante horas solamente hablando de el estado del mundo, se iba por fin cuando yo comenzaba a degradarlo en cada oportunidad que tenía, aún así el idiota seguía viniendo casi a diario.

Claro que eso era cuando estaba en mi antiguo cuarto, algo muy común, como la habitación de cualquier sirviente del reino, dónde solo estaba encadenada a una silla de metal cuando tenía "visitas". Un día vino y pidió mi ayuda para poder encontrar a nuestra madre, la propuesta sonaba tentadora, podría salir de aquí y tener una oportunidad de acabar con el pero me reto y me provocó lo suficiente como para atacarlo siendo detenida antes de poder quemarle el rostro en un intento de calcinar a este triste intento de señor del fuego. Después de ese día me amarraron y encerraron en este lugar donde pensé que estaría sola pero mi "madre" siempre estuvo aquí torturandome con su "amor".

El tiempo transcurría de forma irregular al no saber cuándo salía o se ocultaba el sol, por lo que no se cuanto llevo encerrada aquí, hace mucho que dejó de importarme, siento que la mejor oportunidad que he tenido de salir de aquí se desperdicio con esa ultima visita de Zuko y no sé cuando tendre otra oportunidad por lo que solo me limito a dormir tratando de descansar pero mi "madre" me atormenta mientras lo intento diciéndome sus sin sentidos "amorosos" y cuando por fin lo logro las pesadillas me despiertan casi de inmediato. A cada momento me siento mas y más débil por la falta de descanso y para rematar mi tortura hace rato que no me han traído comida alguna ni agua, por fin comenzaron a ser creativos con sus formas de tortura pero ¿Por qué comenzar conmigo?.

...

Despues de mucho sin comida mi cuerpo ya se sentia demasiado debil como para siquiera mantenerme de pie, pero lo peor era la sed que se volvia imposible de ignorar, como pude me arrastre hasta la puerta metalica y con la cabeza la golpeé varias veces hasta que me senti aturdida.

-OIGAN IDIOTAS, SIGO ESTANDO AQUI.- grite varias veces con la intencion de llamar la atencion de alguno de los tipos que usualmente me traian la porqueria a la que llamaban comida.

Mientras me recuperaba del desgaste de esa simple accion pude escuchar unos murmullos del otro lado de la puerta y al asomarme por la minuscula rendija de la puerta me encontre con las sombras de algunas personas pero asi como los vi se fueron haciendome gritar con mucha mas fuerza del coraje.