Capítulo 19

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Jin

~ 20 de marzo de 2009 ~

Mi vida estaba definida por mi tiempo con NamJoon. Pasamos el resto de las noches de invierno en su lado del lago... nuestros cuerpos cubiertos por el brillo de la luz de la luna. Cabalgamos por el lago tanto tiempo y tan lejos como pudimos, hasta que el cielo dio paso a la oscuridad.

Hice mi segunda casa en su dormitorio, pasé mis momentos libres en mi columpio hecho a medida.

Cada mañana a las seis de la mañana, me recogía y nos dirigíamos hasta su casa donde me daba los orgasmos más intensos y exploraba mi cuerpo durante horas. Nos duchábamos juntos y yo estudiaba marketing mientras él se deslizaba bajo los coches clásicos o jugueteaba con los yates. Me escuchaba tocar en momentos en los que me sentía obligado a ayudarme a recuperar la pasión por las cuerdas que había perdido a lo largo de los años.

Dormía en su asiento de pasajero mientras él hacía viajes interestatales y ocasionalmente, me despertaba en Las Vegas y pasábamos la noche en un casino o un hotel de lujo cortesía de uno de sus asquerosos clientes ricos. En lo que a mí respecta, nada más importaba que él y yo.

Disfrutaba viéndole trabajar con sus manos, viendo a sus clientes llegar en coches caros y salir completamente impresionados con su trabajo. De vez en cuando, veía que le daban un par de cientos extra, un nuevo reloj, o incluso le enviaban muebles de alta gama. Pero, nunca vi al cliente que más le había dado, el cliente que le había premiado con cuatro relojes de edición limitada y pinturas personalizadas. El K.R.M.

Incluso revisé sus registros de clientes cada vez que me pidió que le ayudara con los libros, y nunca vi a ningún cliente con ese nombre.

En los pocos días que no nos veíamos, cuando tenía que hacer un trabajo urgente, hablábamos de sol a sol, con llamadas que duraban entre 50 minutos y 3 horas.

Dándome la vuelta en la cama mientras la primera luz del sol de la primavera entraba en su habitación, arrastré mi dedo contra la cara de NamJoon.

—¿En qué estás pensando?

—Nada.

—Mentiroso—. Me agarró de la cintura y me hizo rodar sobre él. —Dime.

—Me pregunto cuándo me vas a cambiar.

—¿Repítelo?

—Ya sabes, muestra tus verdaderos colores y deja de ser como eres ahora mismo. Como, una vez que la novedad se desvanece y me apego.

—Ahora mismo estás atado—. Sonrió con suficiencia. —¿De verdad crees que he estado actuando?

—No, sólo...— Me encogí de hombros —Sólo me preguntaba.

—Bueno, yo no. Puedo verme pasando el resto de mi vida contigo—, dijo, mirándome a los ojos. —Eres mi para siempre, Jin. Te amo.

—Yo también te amo—. Mi corazón se agitó en mi pecho mientras me besaba y colocaba su polla contra mí.

Office Romance #4 - NamJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora