five.

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THE CHAOS OF MY LIFE ━ tom kaulitz

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THE CHAOS OF MY LIFE ━ tom kaulitz.
OO5. chapter five.

Pasó la noche y el sol ya invadía la
habitación de Aurora. Se metió debajo de las sábanas en un intento de domir más, pero pronto escuchó golpes en la puerta y luego abrió.

— Aurora, despierta — dijo Heidi llamando a su hija y tirando de la manta de la niña.

Sacó su celular, miró la hora y eran
las 9 am.

— Es sábado, ¿Qué quieres de mí a esta
hora?

— Tenemos cosas que hacer, vamos, levántate — dijo Heidi saliendo de la habitación y Aurora se sentó en la cama de mal humor.

Puso los ojos en blanco y caminó hacia su baño y fue a tomar una ducha y hacer su higiene. No pasó mucho tiempo y se envolvió en la toalla sentada en la mesa de su habitación y se secó el cabello con la fuerza del odio.

Aurora buscó algo en su armario y
hacía un poco de frío, así que agarró
unas sudaderas más holgadas para
ponerse.

— Wow, sudadera genial. Podría tomarlo prestado algún día — dijo Tom
encontrándose con la chica en el pasillo y ella lo miró fijamente.

— Oh, seguro, en tus sueños, ¿Quién sabe? — Bromeó haciéndolo reír. — Te juro que pensé que había dormido en el sofá anoche.

— Tú y Bill se emborracharon tanto que
te quedaste dormida en el sofá. Georg se lo llevó y tu hemana sufrió para traerte. — Dijo Tom y ella se rio mientras
bajaban las escaleras.

— Creo que podemos irnos, ¿verdad? — preguntó Heidi con Madison ya lista a su lado. Los dos estaban completamente
vestidos, a diferencia de Tom y Aurora,
quienes aún vestían sus sudaderas y parecían adormecidos.

— ¿No hay desayuno? — preguntó Aurora mirando a su madre.

— Cariño, podemos comer algo en el
camino — dijo Heidi tomando las llaves
y caminando afuera.

— Nos escapamos a una panadería cuando lleguemos — bromeó Tom hablándole en voz baja a la chica y ella se rió.

— Te lo cobró — dijo ella mirándolo
fijamente y se rieron subiendo al auto.

Tom se sentó en el asiento del conductor
y Heidi explicó dónde estarían las fotos de Madison. Tardaron un rato por el tráfico pero pronto aparcaron cerca del lugar.

Aurora ya había notado que se  acercaban unos paparazzi haciéndoles fotos y no le importaba posar ni sonreír a los cuatro vientos.

— ¡Heidi! Buenos días, estás radiante como siempre — hablaron algunos de los paparazzi caminando junto a ellos mientras tomaban las fotos.

— ¿Ha llegado tu hija? ¿Como fue el viaje? — Comenzaron a preguntar caminando a lado, Aurora y ella simplemente los ignoraron y entraron a la tienda lo más rápido posible.

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