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Absorto en sus pensamientos, mientras su mirada descansaba en su madre dormida, dando calidez al azabache ante el logrado descanso de la misma, luego de tanto tiempo en el que aquella luchadora como la hacía llamar él, no puedo gozar ante el dolor físico como emocional debido a su enfermedad; debido al sonido de su móvil, regresó rápidamente a su realidad, soltando delicadamente su mano para así salir de la habitación y lograr contestar sin molestar el sueño de su madre.

— ¿Jung-kook? — aquella voz grave proclamó su campo auditivo dando así el azabache su atención total.

— Dime, ¿qué necesitas Hyung? — su tono tranquilo y tenue, tan característico de aquel joven que ante todos, gozaba de una admirable paz y optimismo, aún con su situación.

— Lamento molestar, imagino que estarás a esta hora con tu madre, por cierto, ¿Cómo va?.

— Ha logrado dormir tranquila luego de tanto, así que, eso es un gran avance.

— Toda una guerrera — menciona con orgullo para así lograr continuar con sus palabras — te llamé para saber si hoy podrías ayudarme en el bar — era cierto que el lugar aunque tranquilo, era ciertamente conocido y durante los fines de semana no lograban darse abasto, a lo cuál dudaría aceptar si no fuera una excelente paga y en un lugar de confianza como lo era el bar de Kim Tae-hyung, su mejor amigo, un año mayor — un amigo también vendrá, pero ya sabes, aún así necesitaría de tu ayuda —

— Uhm, no losé, posiblemente hoy no podría, tal vez tenga planes — mencionó de forma sarcástica para molestarlo y aquello lo disfrutaba siempre.

— Tu único plan es tirarte a tu mano, por qué novia, dudo que tengas, narizón — suspiro para continuar su diálogo — te adelantaré el día de paga y las propinas, ¿qué dices?

— Realmente lo hubiera hecho hasta gratis, pero, ya que insistes.

— Maldito avaro, te veré más tarde, iré pronto a visitar a tu madre, mándale saludos de mi parte.

Luego de colgar paso a mirar la hora, así cayendo en cuenta lo tarde que estaba llegando, si deseaba llegar a tiempo a la Universidad, debería ir prácticamente corriendo.

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El silencio reinaba dentro del hogar al ser así visto un hombre mayor dentro de su estudio revisar algunos papeles ante el acompañamiento del atardecer, envuelto en aquel matiz que sus ojos atesoran día a día, la puerta resonó siendo así un rostro familiar el que se asomara iluminando la mirada del monarca, levantándose inmediatamente a abrazar a la joven de que ingresaba a su encuentro, cerrando este mismo con un fuerte abrazo.

— Hye-soo, que alegría verte hija mía, pero, ¿en qué momento has llegado — preguntó con curiosidad, separando ligeramente su cuerpo para inspeccionar su rostro a detalle, dado el gran cambio que obtuvo ante los años separados, siendo su única comunicación las cartas y las llamadas telefónicas que cada cierto tiempo recibía de su pequeña hija, debido al reglamento dentro del complejo de las fuerzas aéreas del país dónde ella desempeñaba sus labores sirviendo a su país como la princesa de Corea, siendo el orgullo de su padre junto a su mellizo, Min Yoon-gi, aunque tuvieran caminos distintos, siendo él más allegado a la cultura y el arte en todo su esplendor, siendo un joven muy callado y reservado, mientras qué Min Hye-soo, era más sociable y abierta, con un espíritu indomable siendo tomado el camino de las fuerzas militares su sueño y pasión, ambos eran como el Sol y la Luna, pero algo que compartían era el carácter tan severo de su madre y siendo uno la mitad del otro, sus corazones estaban unidos como uno sólo, sintiendo así la felicidad como el dolor del otro, en un fuerte lazo hasta el fin de sus días.

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⏰ Última actualización: Jun 29, 2023 ⏰

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