Capítulo 5

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Lisa está disfrutando de una maravillosa taza de té caliente, viendo su serie favorita mientras el cielo comienza a oscurecerse afuera del inmenso ventanal en su sala

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Lisa está disfrutando de una maravillosa taza de té caliente, viendo su serie favorita mientras el cielo comienza a oscurecerse afuera del inmenso ventanal en su sala. Es ese pequeño momento del día, donde se permite estar sola y disfrutar de su propia compañía.

Y ver Castle con una taza de su té favorito suena como la mejor forma de terminar la semana.

Pero es entonces, que el timbre suena haciéndole fruncir levemente el ceño.

Lo primero que piensa, es que debe de ser una de las chicas. A pesar de que las noches de los viernes suelen ser cuando se juntan para cenar y ver películas, pero para ser honestas, las chicas aparecen a cualquier hora de cualquier día.

Ellas dicen que el apartamento de Lisa es el mejor, porque está en el medio y las vistas son levemente mejores, pero la pelinegra piensa que esa es solamente la excusa perfecta para destrozar su casa, aunque realmente no le molesta. Adora a sus amigas con todo lo que es, así que tenerlas alrededor es ciertamente encantador.

Así que se levanta, esperando que cualquiera de las tres se encuentre detrás de la puerta. Pero para su grata sorpresa, se topa con unos ojos verdes y una cabellera castaña.

—Jennie. —no puede esconder la sonrisa que aparece en su rostro al verla.

Esta jodida, y ya ni se sorprende ante aquello. Ante el simple pensamiento en su cabeza que grita "no seas tan obvia". Ante el cosquilleo en la punta de sus dedos, ante el extraño latido acelerado de su corazón.

—Hola. —Jennie sonríe levemente, y casi parece tímida de encontrarse ahí.

Se encuentra vistiendo una sudadera roja junto a unos pantalones de deporte, y Lisa solo puede pensar en lo completamente injusto que es, que sin importar lo que Jennie lleve, siempre se ve igual de bien.

Incluso, Lisa piensa que cada día que la ve, Jennie está más bonita que la vez anterior.

—¿Todo bien? —le pregunta.

—Sí, bien —asiente mientras aprieta los labios en una pequeña mueca—. Eres tatuadora, ¿verdad?

La pregunta sorprende un poco a la pelinegra, quien frunciendo levemente el ceño, asiente.

—Lo soy.

—Podrías... —Jennie murmura— ¿Podrías hacerme un tatuaje?

Lisa sonríe, una sonrisa amplia y sincera. La pregunta le hace sentir una especie de calor en su pecho, como si de pronto, en mitad del invierno, un campo repleto de flores florecieran en su pecho. Como si después de una horrible tormenta en mitad del océano, el mar se encontrara en calma.

Jennie estaba ahí, preguntándole a ella entre todos los tatuadores que podían haber en Nueva York, pidiéndole a ella si podía hacer lo que más amaba hacer en su piel.

Sweet and Sour, Heart Devoured. - (Jenlisa) (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora