El Día Que Deje De Soñar (Hyunlix)

Capitulo 12

—Solía creer que con darlo todo
Era suficiente, hasta que lo di todo
Y no alcanzo.

Por fin he encontrado la manera de volver y encontrar a Felix, frente a mí estaba la puerta que dividía las dimensiones, por fin podía volver y tener una vida normal con él, pero Minho, no me advirtió de lo que me espera.

Cruce la puerta espejo y desperté en mi habitación conectado a una máquina la cual mantenía vivo mi cuerpo, intente levantarme pero mi piernas no respondían, había estado tanto tiempo en esa cama que mis piernas perdieron su movilidad y tendría que someterme a terapia, pero no yo no tengo  tiempo para eso, debo encontrar a Felix antes de que sea tarde, afortunadamente mis padres entraron y les supliqué que me llevarán a Velvet, que es el lugar donde está Felix, pero ellos estaban tan emocionados de que yo había despertado que apenas le ponían atención a lo que estaba diciendo.

—Ya basta, no hay tiempo para esto, Felix está en peligro y tengo que salvarlo, llevenme al centro Psiquiátrico Velvet por favor— Les pedí en súplica.

—Cariño ¿Por que dices que Felix esta en peligro? Sus padres dijeron que se fue a estudiar a Australia— Contestó mi mamá.

—Es mentira, por favor tienen que llevarme con él ahora—

—Un momento ¿como sabes eso?, seguro tuviste una pesadilla, eran tan pequeños cuando se conocieron—

—Después les explico pero ahora necesito ir a Velvet—

Mis padres me llevaron al centro Psiquiátrico y preguntaron por él pero les dijeron que esa información era privada y que no podían decirnos nada a menos que fueramos familiares.

—Soy su esposo— dije lo más serio posible —y no pueden negarme el derecho de verlo— Los doctores se quedaron con sus asquerosas bocas abiertas y mis padres confundidos pero afortunadamente me siguieron la corriente.

—Es imposible que ustedes sean esposos, son dos hombres— Dijeron los doctores asqueados.

—¿Y que tiene de malo que dos hombres se amen?  ¿Acaso hay reglas para el amor?— Dijo mi mamá, agradezco que siempre sean de mente abierta.

—Que dos hombres estén juntos, es contra la naturaleza humana y por favor deben retirarse o llamare a seguridad—

—Llámala— dijo mi padre golpeando con su mano el mostrador —Soy abogado y mi esposa es jueza, conozco los derechos humanos y si no dejas a mi hijo ver a su esposo haremos que este lugar sea cerrado y los llevaremos  a juicio por privar a las personas de sus derechos—

A regañadientes los médicos aceptaron y nos llevaron a la habitación de Felix.

»¿Crees que sea conveniente que lo vean de esta manera?«

»No, pero no tenemos opción, hay que salir de este lugar lo antes posible«
Los enfermeros susurraban entre sí.

Entramos a la habitación y Felix estaba sentado en una esquina con una camisa de fuerza, su cabello despeinado y vários golpes en su rostro, se me partió el corazón al verlo de esa manera.

—Felix Cariño— él levantó su vista, sus ojitos están hinchados y morados, la sangre me hierve de irá  —¿Que le han hecho malditos?— Grite con enojo y empuje la silla de ruedas hasta él.

—Jinnie, ¿Que te paso? ¿Estoy soñando de nuevo? ¿O ya me volví realmente loco?— Preguntó con inocencia, dios, solo tiene quince años ¿Cómo lo pueden tratar de esta manera tan cruel?.

—No amor, no estas soñando y tampoco estas loco, estoy contigo— Quite la camisa de fuerza y él se lanzó a mis brazos, ambos nos soltamos a llorar.

—Llamare a la policía— dijo mi mamá y salió de la habitación, Felix se sento en mis piernas y ambos nos aferramos el uno al otro.

—Pensé que jamás te volvería a ver, ellos me robaron mis sueños— Mi pequeño sol ahora está tan frágil.

—Shhhh tranquilo bebé ya estoy aquí. Estoy aquí— Le susurre acariciando su espalda.