Capítulo 4. El amor del profesor O'Hara

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⚠️⚠️ADVERTENCIA⚠️⚠️

Contenido delicado, mención de muerte de un personaje, uso de sustancias y leve smut.

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Muy pocas veces en la vida te sientes tan incómodo como para tener "una charla" con tus padres acerca de cosas de la vida. Cuando abordas los temas relacionados a la sexualidad es una de esas veces, pero... Peter B. Parker nunca creyó que A ÉL le iba a tocar tan pronto. Usar ejemplos como "la abejita y la flor" ya era cosa del pasado. Necesitaba ser fresco, directo, abordar el problema como todo un adulto del siglo XXI y armarse de valor para decirle abiertamente a su hijo mayor (legalmente hablando) que él estaba en una relación con otro hombre, PERO...

No podía con la vergüenza. Estaba en la cocina, diciendo cosas sin sentido, chistes malos y yendo de un lado a otro casi entrando en pánico.

—NO, no, no, no. ¡Esto es una vergüenza! ¿Cómo pasó? Dios, dios, dios.... ¿Ahora qué pensará Miles? Perderé su respeto. ¡Lo que es peor que perder el trabajo! Él no debía enterarse, no ahora...

Miguel no decía nada. Solo estaba ahí, cruzado de brazos, mirando hacia abajo como si el piso fuera lo más interesante de ese momento. Solo intentó guardar la calma porque, siendo realistas, su situación no era mejor: Su alumno vio cómo su profesor de español se estaba cogiendo a su padre. Seh, para ese tipo de cosas servía la ética profesional. Y si a Miles se le ocurría ir de chismoso con los directivos ¿cómo explicaría esa situación al consejo escolar? Era seguro que Miguel se quedaría sin trabajo. Claro, no es como si no lo hubiera pensado antes... Sabía los riesgos, y eso le gustaba.

Obvio, previo al desastre, había llegado a un acuerdo con Peter desde que inició formalmente su relación: Lo mantendrían todo con mucha discreción para que nadie, NADIE, se enterara, o al menos no en esos momentos... El plan original se centraba en Miles: después de que terminara el curso y por ende, su estancia oficial en la escuela, podrían decírselo sin ningún inconveniente.

Mientras esa relación fuese secreta, todo estaría bien. Y por extraño que pareciera, a ambos les encantaba la idea de hacer "algo prohibido". Esa adrenalina les gustaba, tenían eso en común. Amaban con locura todas esas actividades nocturnas en donde nadie los conocía: sus citas siempre eran a las orillas de la ciudad, aprovechando que Miles se iba con sus amigos en las tardes a hacer tareas. Esas tardes, Peter aprovechaba para llamar a Miguel y quedar en algún lugar, o pasaban tiempo en la casa del mayor.

Miguel siempre procuraba no olvidar nada o no dejar rastro de su presencia, y la ventaja era que Miles, al ser un chico "tan responsable con su padre", siempre avisaba la hora en la que llegaría y también cuando se iba a quedar con sus amigos a dormir. Eso le daba oportunidad a Miguel para salir al menos media hora antes de la casa de Peter.

Su discreción, la inocencia y el sentido de responsabilidad de Miles fueron la combinación perfecta para que el hijo mayor de Peter nunca descubriera nada... Aunque eso no eximía la posibilidad de que otras personas menos inocentes descubrieran cosas.

Y por eso, en una de esas ocasiones, cuando Gwen y su padre patrullaban la ciudad, vieron el coche de O'Hara estacionado en la casa de Peter B. Parker. Fue solo por un momento, y Gwen creyó estar confundida, hasta que Miles sacó el tema.

Pero eso no importaba ya.

Ya le habían quitado la emoción porque lo que querían evitar que sucediera, ya había pasado. El plan se había ido al carajo.

—Descuida, mi amor—Miguel suspiró, jalando el brazo de Peter para atraerlo hacia sí mismo y darle un beso. Era la única forma en la que Peter se calmaría en una situación como esa, y no se equivocó. Peter correspondió el beso, aunque seguía abrumado. Miguel sonrió vagamente, confrontando la situación: —Sabíamos que tarde o temprano esto sucedería... Tendremos que hablar con él y le explicaremos lo de nosotros. La ventaja es que ya no tendremos que ocultarnos. Ya puedo venir a tu casa a la hora que desees.

El profesor O'HaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora