♡CAPÍTULO 13♡
William me levanta la cabeza por la barbilla con el dedo índice, y al ver que estoy llorando veo cómo su rostro se transforma de la frialdad al asombro y el desconcierto. Está sorprendido. Muy sorprendido. Aparta el dedo de mi cara y da un paso atrás.
–Levántate, vístete y vete.
Oh. ¿Levantarme? ¿Vestirme? ¡¿Irme?!
–Pero tú dijiste...
–Yo dije –me corta –. Decir y hacer no es lo mismo. No te pedí que vinieses ni que te arrodillases al llegar –se da la vuelta y se va hacia el baño –. Déjame solo.
Desaparece tras la puerta, que cierra de un portazo, y yo me quedo plantada en el suelo desnuda, arrodillada y humillada. Y por lo visto sin ninguna necesidad.
Me levanto sin querer preguntarme dónde está mi dignidad mientras pienso en que la única posibilidad para que no me castigue tras lo que ha pasado hoy es que su primo le haya hecho entrar en razón. Le ha hecho ver que no había ningún motivo para creer que yo había hecho lo que según él hice. ¿Cómo iba yo a coquetear con Matthew? Es ridículo.
Pero si la conversación con Matthew ha hecho que William entre en razón respecto a ese sinsentido no puedo más que alegrarme, incluso aunque mi palabra no haya valido de nada finalmente el resultado ha sido positivo, pues no me espera otra noche arrodillada. Hoy no.
Cinco días después del cumpleaños de Matthew sigo sin ver a William, pues la última vez que lo vi fue cuando desapareció dentro de su baño cuando me dijo que me levantase y me vistiese, pues no iba a castigarme.
Marianne me ha dicho que se ha ido de viaje a Japón por asuntos de trabajo.
No se despidió de mí, aunque dadas las circunstancias y nuestro historial tampoco fue algo de extrañar cuando supe que se había marchado de viaje.
Durante estos días he tenido la oportunidad de conocer a Andrea, la esposa de Vincent. Ella es una agradable mujer de cincuenta años que está pasando por la desagradable situación de padecer un cáncer y a la que conocí hace unos días. Probó con un tratamiento experimental supuestamente efectivo pero resultó que le hizo algún tipo de reacción que casi acaba con ella. Afortunadamente, cuando William se enteró logró encontrar a los mejores médicos para ellos y Andrea lleva cuatro meses tratándose con quimioterapia y su cáncer parece estar remitiendo exitosamente. Aunque, por obvias razones, la mujer a duras penas se sostiene y está muy delgada y demacrada. No obstante, bajo toda esa débil y terrible enfermedad, puede verse la mujer bella que hay debajo y que, por lo que he podido comprobar, es igual de hermosa por dentro, con un ánimo y unas ganas de vivir impresionantes. Resulta ser una señora muy inteligente con la que poder tener conversaciones interesantes, pues tenemos muchas cosas en común, y también es muy ocurrente para la situación que tiene y, en estos casos, tener humor es muy importante.
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Arrodillada
RomansaValerie se ve obligada a entrar en la vida de un atractivo y millonario hombre con el que llega a un acuerdo. Será completamente suya a cambio de que mantenga a su hermana con vida. Pero el acuerdo no es lo que Valerie creyó que sería, y pronto se v...