-- Mi señorita, ¿Se siente mejor? - preguntó Abigail.
-- si.. supongo. - respondió aún un poco perdida.
Ella no podía creer que se había convertido en otra persona, por lo menos tiene sus recuerdos pero aún no sabe qué hacer y no quiere salir de su habitación a empezar con el pie izquierdo, ¿Y si sucedía algo?
No quería salir y cagarla, así que más bien espero a que el día comenzara sin ella porque no pensaba salir de esa habitación.
Por desgracia no se pudo evitar.
Ella escuchó a alguien fuera de la habitación pero cuando apenas se levantó la puerta se abrió, era un señor que se parecía mucho a ella.
-- ¡Hija mía! - la abrazó fuertemente.
-- ..... - se sorprendió, pero se quedó quieta al escuchar lo que dijo, ¿Hija? Al parecer la dueña del cuerpo era hija de aquel hombre.
-- ¿E-eh? - estaba nerviosa.
-- lo siento muchísimo hija mía pero tendré que enviarte a Lavata. - dijo con una expresión triste, ella no entendía nada, realmente se volvería loca.
-- ¿Que...? - lo miró confundida.
-- si, ya te han humillado mucho... Y más con el compromiso de ese estúpido principe y esa muchacha. - dijo enojado.
-- no no, estoy bien supongo... - No quería ir a ningun lado.
-- ¡No! No puedo permitirlo y no soportare que mi hija sea el blanco de chismes y burlas. Ya está decidido, te enviaré a Lavata, sé que tú primo estará encantado de recibirte. - después de aquello ordenó que empacaran la ropa de ella, la mandaría a Lavata mientras todo el asunto se calma.
-- ¿Pero por qué..? - susurró pero Abigail la escuchó.
-- señorita, ¿No lo recuerda? Usted era la prometida del príncipe pero el la termino a usted delante de todos ayer, su padre solo quiere protegerla. Si quiere yo también iré con usted. - dijo.
Estaba empezando a comprender.
-- cierto... Y si, puedes venir conmigo. - la chica se emocionó y termino de empacar todo rápidamente.
Lavata.... Siento haberlo escuchado en alguna parte...
Ahora mismo estaba en el carruaje, todo paso muy rapido. Estaba nerviosa, muy nerviosa, no saber que pasaria al llegar a un lugar completamente desconocido así apenas al despertar.
Ya han pasado horas y ya le duele todo, queria bajarse del carruaje pero prefirió esperar hasta llegar.
Despues de un tiempo finalmente llegaron a Lavata.
El carruaje se detuvo frente a un gran palacio, era muy hermoso el lugar. Fuera de el se podian ver dos personas, tal vez eran de los que hablaba "su padre".
Antes de salir Abigail le hablo.
-- Mi señorita... No se le olvide tratar a los emperadores con respeto, se que no le gusta que se lo diga pero es necesario recordarselo.
¿Por que le decia eso?, ¿acaso la Shea original tenia mal comportamiento?
-- de acuerdo... -respondió insegura.
abigail se sorprendio un poco, normalmente su señorita no respondia asi, siempre la regañaba diciendo que no la mandaba y hacía las cosas que se le apetecian pero ahora estaba actuando extraño, se dio cuenta desde que ella desperto, pues, es su sirvienta desde que ambas eran muy jovencitas.
Al bajar del carruaje, se sorprendió por el gran palacio que habia frente a ella, pero su sorpresa aumento al ver un hombre con cabello blanco y a su lado estaba una mujer rubia. Shea los reconoció enseguida.
¿Como no reconocería a los protagonistas del webtoon que acababa de leer?
-- no puede ser... -susurró.
-- Mi querida prima Shea me alegra que estés aquí, ¿como fue tu viaje? -la saludó Bart, emperador de lavata.
Shea permaneció en silencio por unos segundos pero responde.
-- Saludos al sol y a la luna del imperio, que nuestro Dios esté con ustedes... Y respondiendo a su pregunta mi viaje estuvo tranquilo. -ella hizo una reverencia. Todos los presentes se sorprendieron por el buen comportamiento de Shea y ella se dio cuenta de esto.
Al parecer Shea Malcolm tenia mal comportamiento... Eso responde a mis dudas.
-- Shea... Me alegra que hayas mejorado con ese comportamiento -dijo con burla.
-- ¡Bart! -grito Shea inconscientemente, y al tiro se tapo la boca pero Bart solo se rió.
-- jaja, sabia que no cambiarias de la noche a la mañana. -dijo riendo.
-- cariño dejala en paz. Princesa Shea nos alegra tenerte aqui, Sabes que con nosotros puedes sentirte como en casa -dijo penelope con cariño.
-- muchas gracias emperatriz. -hizo una pequeña reverencia.
-- nada de formalidades, ven que yo te enseñaré tu habitación. -dijo entrando con ella, seguidas por Bart.
Bueno.. Tal vez no esté tan mal estar aqui, me siento segura. -pensó tranquila.
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¡Buenas! Soy la autora jeje. Uff me alegra por fin poder subir este cap, he estado muy ocupada por mis estudios y sentia que no tenia imaginacion jaja pero entrando al borrador ya me llegaban ideas asi que ya se para el proximo. Espero y les haya gustado, ¡chaus!
