Uno.

25 1 0
                                    

Un chico pelinegro se encontraba soñando con los angelitos, pero sus ángeles se desvanecieron gracias al sonido de la puerta siendo azotada por un pelinegro, el mismo empezó a gritarle, cosa que hizo que el que se encontraba en la cama despertara.

—¡PUTA MADRE QUACKITY, LEVÁNTATE CABRÓN! –Grito, tirándole algunas prendas–

—Ora pues, a ti que chingados te pasa o que –Dijo sentándose y tallando sus ojos–

—No, nada, nomas quise venir a estar chingado un lunes a las ocho de la mañana –Dijo enojado, haciendo reaccionar al pelinegro–

—¡ALA MADRE, ¿SON LAS OCHO?! –Dijo levantándose de la cama rápidamente–

—Sí pendejo, te quedaste dormido, yo pensé que ya estabas listo –Dijo viendo como el pelinegro buscaba desesperado su ropa–

—Y por que no viniste a despertarme –Dijo poniéndose el pantalón–

—¿Y que crees que hago aquí? –Dijo mirando su celularAla verga, apúrate Quackity.

—No me presiones pendejo.

Los dos salieron de la casa directo a la universidad, en el camino los dos iban peleando, algo normal entre ellos.
Cuándo llegaron entraron lo más rápido que pudieron para que no los regañaran.

Ustedes dos, ¿que hacen aquí? –Preguntó el conserje–

E-este, esque –Miro a su hermano y le dio un codazo– Ayúdame pendejo –Le susurro–

—Esque no sabemos cuál es nuestro salón –Dijo devolviendo el codazo que había recibido–

—¿Ustedes son los de nuevo ingreso? –Preguntó–

—Simon, simon, que come que adivina don –Dijo el más bajo, obteniendo una mirada rara de parte del conserje–

—Bueno, síganme.

Los hermanos siguieron al conserje hasta la oficina del director, el conserje toco la puerta y le explico el problema de los dos pelinegros, el director busco algunos papeles y les pidió sus nombres, después los acompaño hasta su salón.

Cuando el director tocó la puerta una mujer la abrió, él director le dijo que él pelinegro estaba perdido, que era nuevo y otras cosas más, la mujer lo dejo pasar.

—Atención chicos, él es su nuevos compañero, preséntate por favor –Dijo la maestra–

—No pues, buenos día, me llamo Alex Quackity, pero díganme Quackity Dijo levantando el pulgar–

—Bien, ahora toma siéntate junto a..Roier, Roier alza tu mano para que tú compañero te vea Dijo la maestra–

Un chico de pelo castaño alzó su mano, él pelinegro lo vio y se sentó junto a él.

—Bien sigamos la clase –Dijo la maestra empezando a escribir en la pizarra–

La clase estuvo tranquila, cosa que al pelinegro no le gustó tanto, él no era de estar callado y menos en un silencio como ese, decidió que hablaría con él chico de al lado.

—Hola, te llamas Roier verdad, un gusto –Hablo el pelinegro, el castaño lo miro y sonrió–

—Hola Quackity, el gusto es mío –Dijo feliz al ver como se le formaba una gran sonrisa al pelinegro–

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 06 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝘚𝘶 𝘔𝘢𝘥𝘳𝘦...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora