𝐹𝑜𝑟𝑏𝑖𝑑𝑑𝑒𝑛 𝑙𝑜𝑣𝑒

003

Los dias pasaron, y la relación entre Evelin y Jackson iba mucho mejor que antes. Todo el instituto quedo como:

"¿Nos hacemos los sorprendidos?

Ya que era bastante obvio que habia conexión entre ellos. Evelin no podria estar tan feliz como ahora, y mas aun que tomo la decisión de presentarselo a su madre.

Ella y su madre, estuvieron solas desde hace bastante tiempo, Evelin perdio a su padre por un accidente automovilístico hace mucho tiempo, ella solo tenia 6 años, ahora tiene 23. Fue muy chocante tanto para ella como para su madre. Pero el dia de hoy, Evelin se encontraba preparándose para una importante cena.

Su madre al fin encontró a alguien, aunque Evelin ya sospechaba algo, y estaba feliz por ella, mientras su madre sea feliz, ella lo sera. Solo logro verlo una vez, cuando la trajo devuelta del trabajo, ya que trabajan juntos. Y hoy al fin iba a conocer al hombre que hacia feliz a su madre.

Mirandose al espejo por última vez, viéndose aquel vestido negro con pequeñas piedras en la parte de arriba, que lo hacia ver muy delicado.

— ¡Evelin ¿ya estas?! — llamando su madre haciendo que esta se apurara.

— ¡Ya voy!.

Mirandose por ultima vez para luego bajar las escaleras con rapidez. En cualquier momento la puerta de la sala iba ser abierta para presentar al nuevo novio de su madre.

— ¿estas nerviosa? — pregunta Evelin a su madre a lo cual esta no dejaba de morderse las uñas.

— Un poco, si — soltando una risa. Evelin se acerco y le dio un abrazo.

— Tranquila mamá, se que me va a caer bien, no veo porque no, estas sonriente desde que lo conociste, como no voy a estar feliz de conocer al hombre que vuelve toda una adolescente enamorada a mi madre — comentó, haciendo que se unieran nuevamente en un abrazo tan cálido.

Su abrazo duro poco ya que el timbre sono en la casa, haciendo que ambas sonrieran.

— Ire a poner la mesa, tu ve a abrirles — comentó Evelin, emocionada. Asistio y fue hacia la puerta mientras ella se dirigia a la cocina.

Pronto las voces en la sala se hicieron presentes haciendo que sienta tanta emoción, puso los platos en la mesa, mientras las voces se acercaban mas a la cocina.

— Y aqui esta mi hija Evelin.

Ella se dio la vuelta y se encontró con un hombre de traje, alto y con una sonrisa maravillosa.

— Al fin puedo conocerte — estrechando los brazos a lo que esta correspondio el abrazo.

— Un gusto — dijo sonriente, para luego mirar a su madre que esta estaba con una sonrisa de oreja a oreja.

— El gusto es mio.

Evelin corto el abrazo al escuchar otros pasos que se dirigian a la cocina, miro confundida a su madre. A lo que el hombre sonrio alegremente.

— Casi nos olvidamos de el — Rio aquel hombre para luego mirar hacia la puerta, donde se acercaba un chico bastante guapo — El es mi hijo, Jackson.

Ambos se miraron con los ojos sorprendidos, sus corazones estaban a mil por hora, las palabras no podian salir de parte de los dos, no podian quitarse los ojos de ensima.

— Saluda Jackson no seas grosero — emitió su padre, haciendo que este pestañara varias veces para darse cuenta que lo que estaba viviendo no era un sueño.

— Hola — haciendo una referencia en modo de saludo, a lo que Evelin hizo lo mismo, y como si fuera en camara lenta, al hacer la referencia sus ojos se cruzaron, se sentian tan confundidos. Aunque ambos deceaban a que sea un sueño.

— Perfecto! Vamos a comer, quiero saber que preparo de delicioso esta bella mujer — comentó aquel hombre, soltando una risa, para luego dirigirse a la mesa junto a la madre de Evelin.

Mientras las risas de sus padres se iban alejando de apoco, el salon quedo en completo silencio, con Jackson y Evelin viendose, sin siquiera saber que decirse. Hasta que Jackson miro el suelo, como si quisiera saber si lo que estuviera viviendo era real.

— Estoy, de igual de sorprendido que tu — Murmuró Jackson, para volver su mirada hacia Evelin — Creo que lo preferible seria actuar como si no nos conociéramos, los veo muy felices para decirles que estamos juntos — dijo, soltando una risa al final, casi sarcastica. Evelin solo asistió, las palabras no le salian.

Y sin mas se dirigieron a la cocina.

¿Sus vidas cambiarian desde ahora?