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⊹ 🍵Rendezvous- L.F ₊˚

Ser miembro de la realeza no es tan mágico. es simplemente molesto. no tienes agencia propia, te siguen todo el día, siempre tienes que actuar y lucir perfecta... es tan agotador. claro, no tienes que preocuparte por no poder pagar las cosas, pero apesta. vivir con tanta riqueza mientras otros mueren apesta.

y apesta que no puedas hacer nada al respecto... excepto que puedes. y lo hace. y esa es tu única alegría en la vida.

tus padres solo confían en ti, su amado hijo real, con Félix. es tu mejor amigo de otro reino, uno con el que supuestamente nunca te puedes casar, así que está bien si solo son amigos inofensivos. tus dos reinos están en términos pacíficos, de todos modos.

cuando Félix te visita una vez a la semana, puedes salir del palacio y estar con él. es el día que más esperas, especialmente porque retribuyes a la comunidad en este día especial de la semana.

no hay forma de ponerlo simple. ambos se disfrazan de plebeyos y deambulan por las calles, entregando grandes sumas de dinero a las personas que lo necesitan. el dinero es una combinación de tu propia asignación y el dinero del palacio. es casi como una situación de Robin Hood.

"¿Está lista la alteza real de este palacio para embarcarse en otra aventura?" escuchas la voz profunda de Félix detrás de tu dormitorio.

el guardia parado afuera de tu puerta dice: "el príncipe Félix está aquí, ¿lo dejo entrar?"

"Por supuesto", dices, y las puertas se abren para revelar a Félix, vestido todo de blanco y sin una sola mancha en el hin a pesar de montar su caballo aquí.

"¿estás listo?" pregunta con una sonrisa, sus mechones rubios cayendo sobre sus ojos.

"¿Eres tú? No irás vestido así, ¿verdad?" le preguntas al chico, que niega con la cabeza.

"Deja de jugar, sé que tienes ropa lista para mí en tu armario", dice, acercándose para encontrarla por sí mismo.

"¿Y qué harías sin mí?" bromeas, uniéndote a él en la búsqueda en tu armario de ropa de plebeya, amablemente donada por algunos de tus sirvientes y amigos.

"Estaría viviendo mi mejor vida", dice Felix, en broma.

le das un puñetazo en el hombro y actúa como si le hubieran disparado.

"¿Está todo bien, su alteza ____?" pregunta el guardia afuera.

"¡Sí, no te preocupes! Félix solo está siendo molesto", dices.

él te saca la lengua y se ríe, agarra su ropa preferida y corre a tu baño para cambiarse.

él se asegura de que tú también estés vestido antes de regresar a tu habitación. como si no lo hubieran hecho ya un millón de veces, los dos se miran y se ríen.

"Serías un plebeyo tan palpitante", le dices a Félix mientras le arreglas el collar.

sus mejillas se enrojecen ligeramente debido a la proximidad mientras se ríe, observando tus delicados dedos contra su ropa.

"Ya soy un rompecorazones ahora, ¡¿qué vas a hacer al respecto?!" dice después de que retrocedes, sacándote la lengua.

lo saludas con la mano y sales de tu habitación, preparándote para salir del palacio. él te sigue y los dos hablan todo el camino hasta la ciudad.

el palacio está lejos de la ciudad, otra cosa que odias. es para desplazar físicamente a la realeza del resto y es horrible. aún así, prefieres llegar a pie.

"Todavía no puedo creer que algunos de los sirvientes que hacen las entregas tengan que caminar este largo viaje todos los días", le dices a Félix, quien casualmente te aparta de un gran agujero en el camino.