Sexta Entrega

642 5 0
                                    


...una lágrima asomada yo no pude contener. ALFREDO LE PERA




CAMPAMENTO PROVISIONAL DEL CIRCO GITANO, CORONEL VALLEJOS, SÁBADO 25 DE ABRIL DE 1937



Yo no te conozco, vos venís acá y esta pobre gitana te dice todo, por un peso. Pero vos me mandás todos los amigos, porque te voy a acertar todo. Yo te digo el pasado, el presente y el futuro. ¿Nada más que el futuro? te digo entonces nada más que el futuro: del presente me preguntan por lo menos eso, cuando caen los pichones a la carpa: si la pichona los quiere. ¿O es que sos tan lindo que no te importa? porque la tenés segura. Al mismo precio, pero no te lo puedo decir yo, sos lindo pero atropellado, las barajas lo van a decir. Pero a vos no te importa tanto que ella te quiera o no, porque sabés que otro como vos difícil que encuentre, vos sos como todos los que nacen lindos, y de la muerte tampoco te interesa porque no sos viejo y se ve que estás sano, seguro que lo que querés saber es si vas a tener plata, toda la plata que querés. ¿Verdad que ya te lo adiviné sin empezar a tirarte las barajas? Pero para leerte el futuro primero decíme si querés que te cuente todo o nada más que lo bueno. Vos que sos tan lindo y con esa campera de cuero tan cara

¿le vas a dar a esta pobre gitana cincuenta centavos más? así te digo lo bueno y lo malo Cortá el mazo en dos, con la mano izquierda. Ahora cortá, otra vez con la mano izquierda, en tres, que son el pasado, el presente y el futuro, y ahora damos vuelta las barajas y nos quedó... El Rey de Copas, patas para arriba, mira cómo tiene la corona metida hasta los ojos para que no se le caiga, y la capa de terciopelo le pesa pero lo abriga —un hombre morocho ya medio viejo, que no te quiere, te está haciendo mal, lo que vos más querés en la vida, que si no me equivoco es... los billetes, eso es lo que él no te va a dar—, y al lado nos quedó también patas para arriba la Sota de Espadas, mirála cómo tiene la mano suelta, te va a dar algo, pero cuidado porque está patas arriba, envuelta con ese trapo bordado de oro, es un trapo colorado, pero fijáte: a las mangas se les ve el forro violeta para un velorio ¿y el pelo? —ni rubia ni morocha ni pelirroja ¿vos conocés alguna pelada? no le veo el pelo— y al lado está por suerte al derecho el Dos de Espadas, mirá qué lindas filosas están las espaditas azules, y el mango de plata está de tu lado —que te anuncia un viaje por tierra— ¿vos conocés alguna mujer teñida o con una peluca que hizo un viaje hace poco? ayudáme que no entiendo por qué tiene la cabeza pelada... Sí, ya sé que la baraja tiene el pelo negro pero yo la vi pelada cuando recién cortaste el mazo.

Si no conocés a ninguna pelada el que viajás sos vos, vas a hacer un viaje, para salvarte de lo que te están preparando el viejo y la pelada. Si la viera sin ojos te iba a decir que es la Desgracia, que te corre detrás y te alcanza, a ella no le importa que sean viejos, o jóvenes, o criaturitas, lindos o feos, la Desgracia es ciega, pero pelada es raro que salga la Sota de Copas. Dejáme barajar y no vayás a mirar los naipes mientras los mezclo que hacés llorar a los muertos. ¿Vos sabés quién es el viejo morocho?

Entonces el padre de la chica con que andás no te quiere en la casa, y la Pelada lo ayuda ¿la chica es rubia o morocha? ¿Estás seguro de que no se tiñe de morocha o se pone una peluca negra? Ahora cortá de nuevo en tres, con la mano izquierda. Dos de Bastos, los dos palotes, fijáte qué espinas negras, es baraja fea —alguien te va a traicionar, que no es ni el viejo ni la Pelada— pero está al lado del As de Espadas, que salió al derecho, tenés suerte, el mango de plata todito de tu lado, y las correas mirálas, cómo le gustarían al rey gitano, vos sabés pichón que el rey no tiene

más que estas carpas sucias, si pudiera le regalaba una espada como esta —sí, quien vos menos te esperás te la va a jugar sucia, pero cuando estés tirado en la zanja te vas a dar cuenta de que no hay mal que por bien no venga— y te salió una rubia que te quiere: la Sota de Oro muestra las piernas, te hace señas con la mano derecha —che, te trae suerte, pero vos cuidáte, que no me gustan las rubias, este consejo va aparte, no tiene que ver con los naipes, pero las rubias tienen la carne blanca para que te creas que tienen el corazón blanco, te pone el corazón de ella en la mano, vos lo vas a mirar, espera, lo que veo es que ella se lo arranca y te lo da, ¡no soltés nunca el corazón podrido de la rubia, tenélo agarrado bien fuerte! un espíritu me contó que a una rubia se le rompió el corazón como un huevo y de adentro salió un pajarraco— pero la Sotita aunque sea rubia te va a ayudar, las barajas lo dicen, pero yo no la quiero. No, la línea de la vida es después, tenés que esperar el último corte, de trece naipes, ahora volvé a cortar en tres, como antes

Boquitas PintadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora