sugar mommy | JenLisa

2.

Al día siguiente, Lisa caminaba hacia su trabajo en el Pollo Feliz malhumorada.

¿Por qué? Porque se acostó enojada con su familia. Ella llegó el día anterior y les contó lo que pasó.

¿Adivinen? Ninguno le creyó. Decían que con costo y trabajaba para pagar su comida y sus gustos extraños. Jamás haría algo como eso si no supiera que tiene una recompensa. ¿Tan mal concepto tenía su familia de ella?
Fue por ello que se acostó enojada y a la mañana despertó aún con mal humor.

...

Al llegar a la entrada del restaurante quedó extrañada al ver una limusina parqueada en el frente con dos hombres vestidos de negro que parecían gorilas. Las personas que pasaban por ahí daban miradas de interrogación.

¿Qué hacía una limusina ahí? Jihyo era la jefa, pero estaba segura de que no iba a desperdiciar su dinero en un vehículo de esos.

Al entrar al local se encontró con la mujer de ayer, sentada en una de las mesas del fondo. Ella se percató de la presencia de la más joven y la llamó con su mano.

ㅡ¡por aquí, señorita Manoban! ㅡsu voz cantarina atrajo más miradas.

Vio a su jefa cerca de la caja registradora quien le dio una mirada que no supo cómo interpretar. Fue hasta la mujer y se quedó de pie sin saber qué decir. Solo sabía que se sentía avergonzada por su elección de ropa, un chándal gris, jersey también gris y sus converse del mismo color. Algo tenía con el gris. Quizá era porque su estado de ánimo se sentía así.

ㅡ¿Qué hace aquí, Jennie-ssi? ㅡpreguntó después de unos segundos.

ㅡEs un restaurante público, señorita Manoban ㅡusó sus las mismas palabras de Manoban para responder con obviedad ㅡsiéntese, por favor ㅡseñaló la silla vacía frente a ella. Manoban obedeció ㅡestoy realmente agradecida con su ayuda de ayer. Quisiera saber cómo podría pagárselo ㅡsus ojos oscuros se posaron en ella.

ㅡLlámame Lisa, por favor ㅡpidió. Las formalidades no eran lo suyo ㅡRespecto a lo otro, le reitero que no necesito que me pague ni nada por el estilo ㅡhizo un ademán ㅡlo que hice por usted lo haría por cualquiera.

ㅡClaro, claro ㅡpuso sus manos en su regazo ㅡdime, Lisa... ¿cuántos años tienes? ㅡsus ojos brillaron con interés, pero no dudó en explicarse ㅡLo digo porque luces joven.

ㅡTengo 20 ㅡapartó la mirada, esos ojos tan expresivos la ponían nerviosa ㅡ¿Usted?

ㅡ30 ㅡmordió su labio. La menor tragó saliva ㅡ¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre? ㅡsu tono ronco y seductor la puso nerviosa.

ㅡM-me gusta ver anime y jugar videojuegos ㅡtartamudeó ㅡ¿A usted?

ㅡLeer, ir a algún spa, tomar vino. Cosas aburridas supongo. ㅡacomodó su cabello ㅡEres bastante divertida.

ㅡ¿Por qué? ㅡcuestionó con voz débil. Estaba teniendo un gay panic.

ㅡTe lo diré más adelante si me lo permites. ㅡse levantó de la silla con elegancia.

La pelinegra pudo observar bien su atuendo, un largo vestido negro con hombros descubiertos, dejando a la vista su piel blanca como la porcelana, sus clavículas también estaban a la vista y Manoban mordió su labio. Tacones negros complementando el vestido, su cabello estaba suelto y unos aretes de diamantes colgaban de sus lindas orejas. Metiendo un mechón de cabello tras su oreja le dio un guiño ㅡTe llamaré luego ㅡLisa la observó irse con la boca abierta.

Frunció su ceño ㅡUn momento... ¿cómo me va a llamar si no le di mi número?

....

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