Capitulo 2

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Sin embargo, la casa seguía oliendo a leche. Era cómo que si mil plumas suaves estuvieran tirando suavemente de los nervios de Yuta con el toque más delicado. Ya fuera en el pasillo, el estudio o la pequeña sala de estar. Incluso el balcón. El olor a leche siempre estaba ahí.

De hecho, no se trataba tanto de un olor a leche común, debido a que en la actualidad era posible mejorar el sabor de la leche humana con los avances de la medicina. El “agente de lactancia”, que podía inyectarse antes de la concepción, contenía una serie de características inductoras del sabor que evolucionaron para dar a cada persona un sabor de leche ligeramente diferente, en función de sus cualidades físicas.

La leche de la nueva esposa de su padre olía ligeramente a helado de vainilla: dulce, suave y empalagoso, tan apetecible que casi entró en pánico.

Como el Alfa que era, el joven pensó mal acerca de Mark, pues se veía muy coqueto, pero en realidad el Omega era digno y elegante; se inclinaba por un aspecto limpio y cálido que resultaba acogedor.

Debido a un desacuerdo con su padre, Yuta había vivido en la academia militar durante dos años y no había regresado a casa. Si no hubiera sido por el accidente en una misión conjunta del ejército, no habría tenido que volver a casa para recuperarse.

Los médicos dijeron que la radiación absorbida en su cuerpo era extremadamente susceptible a las lesiones que podían ser inducidas por todas las incontrolables ondas electromagnéticas de alta tecnología, por lo que debía permanecer en un entorno prístino, aislado de toda presencia y uso de tecnología mientras se disipaba la radiación.

Su padre, que era militar, no se presentó, pero conocía el estado de su hijo y lo hizo volver a casa, al planeta A2. Era una fortaleza antigua, con poca tecnología, y la familia había blindado todos los campos magnéticos y evacuado los equipos de alta tecnología para darle descanso, dejando sólo una docena de sirvientes. Y la esposa de su padre, que no hacía mucho que había dado a luz.

Era de suponer que se trataba originalmente de un lugar para que se recuperara después del parto y ahora también, se había convertido en... ¿una manera de que el hijo se relacionara con su madrastra?

Yuta no tenía ni idea de lo que su padre tenía en mente. Molesto, se incorporó de la cama grande, sintiendo de nuevo el olor de la leche del Omega.

Estaba en la edad en la que necesitaba demostrar que era mayor entrando en celo, sus niveles de feromonas eran extremadamente inestables: se alteraba fácilmente y también era propenso a la
excitación emocional.

Incluso tenía muchos pensamientos desagradables en su cabeza, usando las ideas más sucias para describir e imaginar, dando rienda suelta a la energía exuberante de su mente.

Era el hijo mayor de un oficial militar de alto rango y había nacido en una familia noble, pero sus pensamientos estaban incontrolablemente cerca de ser comparados con los de la más baja calaña de los estratos inferiores de la sociedad.

—Esa zorra.

Yuta se levantó de la cama. Vivía en el dormitorio principal del tercer piso, y justo abajo estaba, naturalmente, el dormitorio principal del segundo piso. El de su padre, y el de Mark.

En ese momento, detrás de la cortina blanca que
daba hacia el balcón, se percibía un fuerte olor a leche que venía directamente desde el segundo piso.

El joven Alfa salió al balcón descalzo y,apoyando las manos sobre el borde saliente, hizo un salto suave. Su ágil figura cayó desde el tercer piso como una joven bestia y terminó aterrizando silenciosamente en la terraza del segundo piso.

Enderezándose, Yuta caminó a través del velo blanco como la nieve

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