Supermercado del Centro de la Capital, 14 de Octubre año XXXX, 7:47pm
-Hace años que no compro cereal, la última vez que probé uno tenía... ¿cuanto? ¿7 años?, recuerdo que era dulce, lo sumaré a la lista.-
Un joven adulto de 23 años camina por los pasillos del supermercado, la gente lo evita porque la vestimenta los asusta un poco. Pantalones, botas y una sudadera con capucha que ocultaba a su vez los audifonos que tenía, todo de negro, sosteniendo solo una cesta con las cosas que quiere comprar, la capucha evita que se le vea el rostro.
-Supongo que esto es todo. El cereal me deja con un poco menos del presupuesto semanal, pero es un pequeño lujo que quiero darme.-
Mientras el chico hace la cola para pagar siente una mano en el hombro que lo llama, se da la vuelta y se da cuenta que es una chica pequeña con rulos y una sonrisa muy grande que le hace señas, lo cual procede a quitarse un audifono.
-¿Sí? Disculpa, tenía la música alta.-
Su voz es muy suave, no muy grave pero tampoco aguda.
-Si, disculpa que me entrometa.- Dice ella. -Es que no pude evitar ver tu mercado, parece la compra de la semana y no a la de un mes. Pensé que te haría falta leche para acompañar tu cereal.-
El chico ve la cesta.
-Tiene razón. Bueno, supongo que puedo esperar la siguiente semana para comprarla.- Piensa. -Si, lo sé, pero estoy un poco corto de presupuesto, la compraré luego.-
El chico vuelve a ponerse el audifono y vuelve a la cola, pero no pasa mucho cuando vuelve a sentir la mano en su hombro, a lo que vuelve a girar y quitarse el audifono.
-¿Sí?-
-Disculpa que sea tan metida.- Dice riendo nerviosa. -Pero ese paquete de carne que agarraste, tiene una zona verde, ¿seguro que quieres llevarte eso?-
El chico mira la cesta y efectivamente la chica vuelve a tener razón. Él procede a sacar la carne de la cesta y la deja a un lado.
-Gracias.- Dice girandose y colocandose el audifono nuevamente.
-No hay problema.-
La cola avanza hasta que el chico pasa y quiere pagar en efectivo su mercado, pero le rechazan el dinero.
-Por favor, hago mis trabajos de voluntario aquí, este es el mismo dinero que tus superiores me dan.- Dice no de mala manera, sino muy calmado.
-Lo siento señor, es la nueva medida que pusieron hace 2 días. No más efectivo, solo pagos via nanochips.- Dice la empleada señalando un cartel que indica lo que ella dice.
-Bueno, gracias igualmente.-
El chico empieza a retirarse dejando todo pero es detenido por la chica pequeña que lo agarra por la sudadera, él se voltea para ver qué pasa.
-Yo puedo pagar su mercado.- Dice a la empleada. -Y tú puedes darme el efectivo a mi.- Le dice al chico que luego de unos segundos asiente con la cabeza.
Saliendo del supermercado.
-Muchas gracias por eso.-
-No hay problema.-
-Pero ¿Por qué hiciste eso? El efectivo no está siendo aceptado en la mayoría de lugares actualmente, todo está siendo automatizado con los nanochips.-
-Todavía se puede ir a los bancos y te cargan el efectivo a la cuenta, ¿no lo sabías?-
-Eeh, no. No tengo cuenta bancaria.-
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Elegidos
FantasyLa historia se centra en un sujeto que vive una vida un poco solitaria y normal por cuenta propia, aunque él no lo sea. En su interior, un poder abrumador existe, pero él procura no usarlo excesivamente pues tiene miedo, pero miedo... ¿a qué?