-max.- demian me agitaba con fuerza, mientras lo oia gritar como loco.- depierta, amigo, despierta.-
-"mira lo que has logrado".- mi cabeza continuaba dando vueltas, mientras miraba a demian borroso y mareado, mis nauseas volvieron.-
-vomitar.- dije levantandome y vomitando de nuevo.- lo siento.-
-amigo, estas muy mal.- dijo demian, algunas personas que pasaban se acercaron, algunas trataron de ayudar, otros siplemente querian ver el espectaculo, cualquier cosa que fuera impedian que el aire se moviera libremente hacia mi.-
-ayudame... a salir...- entre respiraciones cortadas logre decir esto, demian me ayudo a levantarme y me llevo hacia dentro, mientras caminabamos mis ojos se cerraron y volvi a perder el conocimiento.-
-max.- escuche una suave voz que me llamaba.- max.- lentamente abri mis ojos, habia demasiada luz, lo que no me dejaba ver bien.- max está despierto.- después de parpadear un par de veces logré mirar a michelle.- me alegra que estés despierto.- con una linda sonrisa de color tinto frente a mi, no podía entender nada de lo que me estaba diciendo.-
-¿donde estoy? Anoche te subí al coche.- mi garganta hardía cuando dije esas palabras .-
-volvi.- dijo.- Demian me llamo cuando te desmayaste, así que volví para ayudarte.-
-...- no dije nada, ¿Que respondes a eso? Se suponía que debía ser yo quien la cuidara y termino siendo la revés.-
-cambiando el tema, el ataque que resivimos anoche llegó a los oídos de los de arriba, ahora tendremos un guardaespaldas que nos siga siempre.-
-¿Uno?.-
-uno cada uno.- su sonrisa se volvió un poco extraña,miro hacia atras,asi que yo segui su linea de vision, detras de ella estaba mi peor pesadilla.-
-samael.- susurré, los recuerdos de la pobre mujer, sus pensamientos y cuánto le dolia vino a mi mente.-
-el será tu escolta.- dijo Michelle.- ¿Ya lo conocías?.-
-nos vimos una vez.- dije, sin dejar de ver el pecho de aquel hombre, ya que no quería ver sus ojos de nuevo.-
-¿Enserio? No lo recuerdo.- su voz sonaba más energica lo que quiere decir que es el y no su monstruo quien está hablando.- mi nombre no es Samael, por cierto.- me dió una sonrisa un tanto gélida y un poco nerviosa.- mi nombre es bethelgeus.-
-...- la atmósfera se volvió incomoda de inmediato.-
-bien, los dejaré un momento, iré a ver a los mayores.- Michelle huyó rápidamente dejándonos solos.- conozcanse mejor, ya vuelvo.-
-entonces tu ...- trate de hablar pero el me interrumpió inmediatamente.-
-solo estoy aquí, porque no quería ir a prisión, ¿Entiendes? La señorita Michelle dijo que obtendré beneficios, si te mantengo a salvó, pero eso no quiere decir que estoy bajo tu control.-
-es un idiota, déjame tomar el control.- mi monstruo me susurro.-
-silencio.- contesté, pero me escuchó bethelgeus también, y creyó que le decía a él.-
-¿te atreves a callarme?.-sus ojos estaban inyectados en sangre, tonto, ví sus ojos, de pronto la imagen de su vida vino a mi mente, este era bethelgeus y no su monstruo.-
-...- desde niño sufrió de abuso por parte de su padre, su madre lo odiaba, sus hermanos se burlaban de el, siempre llevaba vendas a la escuela, solo podía dormir en la enfermería, y nunca estaba tranquilo, ni si quiera cuando estaba solo, su unica ayuda fue su monstruo.
Cuando cumplió 15 años apuñaló a su padre cuando fue a su habitación, y mientras su madre lo golpeaba su monstruo tomo el control y la lanzó por una ventana, luego tomo el auto deportivo de su hermano mayor, el cuál le había presumido durante meses, y condujo hasta la escuela de su hermano, esperó pacientemente y los atropelló
Todo porque tenía pensamientos diferentes a los de su familia, pensaron que el era un bicho raro cuando en realidad estaban dandole más poder a su monstruo.
Su muerte...
Es borrosa, pero estoy seguro de que escuché mi voz.
-dejame tomar el control.- mi monstruo volvió a hablar.-
-no quiero perder el control.- susurré, bethelgeus me miró con lastima por un momento.-
-tu nunca tuviste el control.- después de que dijo esas palabras sentí como si hubiera salido de un trance.-
-¿También tienes un monstruo?.- me preguntó con compadesimiento en su voz.-
-...si...- despues de un silencio respondi, no queria seguir hablando con él, pero sabia que tenía que llegar a un acuero con él, si no algo podria pasarnos.-
-¿estás seguro que tú no eres el monstruo?.-
-...- olviden mi antiguo pensamiento, prefiero morir.-
despues de decir eso se sentó en una silla al lado de mi cama.
-no te atrevas a morir mientras yo esté aquí, o te mataré con mis propias manos.-
-... ¿cómo lo harías si ya estoy muerto?.- sin pensarlo esas palabras salíeron de mi boca, haciendo que una carcajada saliera de la boca de bethelgeus, incapas de seguir su diversión miré hacia la puerta.-
-...- ¿porqué michelle permitió que este hombre fuera nuestro guardaespaldas?.-
-bethelgeus, tienes que quedarte aquí.- de pronto michelle volvio.- olvide decir que mi guardaespaldas aun no se decide, talvez lo encontremos en la proxima exedicion que tengamos, ¿no estas emocionado?.- pregunto mirandome a los ojos con una hermosa sonrisa, pero no encontre la gracia en lo que me estaba diciendo.-
-si, sera divertido.- dije solo para no quedarme callado, tratando de crear una sonrisa, que talvez parecio mas una mueca.-
-sera divertido, ya lo veras.-su sonrisa no desvanecio ni un momento, hasta que salió, senti na mirada observandome con cuidado, una mirada hosca.-
-¿de verdad crees que sera divertido? ¿o solo quieres hacer sentir bien a michelle?.-
-...- me quede callado, se dio cuenta que no me interesa nada de esto, ¿que debo conestar? ¿que debo hacer? ¿y si trata de hacerme lo que le hizo a esa mujer?.-
-eres odioso, ¿sabias?.-dijo y cerro los ojos, entendi que no queria seguir hablando conmigo asi que me detuve, volvi a acostarme en la cama con algo de dolor en el estomago, que verguenza que me hallan visto asi, ¿cuantos me vieron? ¿que pensaran de mi?.-.
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Max Cherrion
General Fictionhay preguntas sin respuestas en muchas historias, como porque el sujeto que aplasto la casa estaba ahi, o como se perdieron esas monedas que alguien se encontro, pequeños detalles que no te preguntas pero que existen, porque hasta la persona menos e...