—. Tengo novio - dice, con un tono suave y amigable.
Spreen lo miró de reojo, asintiendo.
—. Que bien, me alegro por ti - responde, sin tanto interés.
—. Quisiera que lo conocieras - dice, nervioso, acercándose a él —. Ya sabes de qué modo.
Spreen lo miró, frunciendo el ceño.
—. Creo que sería mejor que te lo quedes, ya sabes, es tuyo - responde, evitando la invitación.
El castaño frente a él frunció el ceño, decepcionado.
—. Yo no podría, necesito que lo conozcas también - insiste, mirándolo suplicante.
Spreen suspiró pesado.
—. No quisiera que volvieras a... - sus palabras quedaron ahogadas en silencio, mirando nada más a su amigo castaño.
—. No será igual, él no es igual - responde, tratando de convencerlo.
No tuvo de otra más que aceptar, teniendo ahora que asistir a una cena con su mejor amigo y su nuevo novio.
Desde que conoció a Roier en primaria, siempre ha compartido sus cosas más importantes.
Era una muestra afectiva algo enferma, pero así eran ellos.
Roier ha compartido todo lo suyo desde que tiene memoria, y no puede hacer nada más que sentirse dichoso; es por eso que no puede rechazarlo. Atesora cada cosa que le ofrece, porque son de Roier, y Roier es importante para él.
Luego de esa pequeña conversación, continuaron con lo que hacían y se fueron a dormir a su habitación.
Ambos dormían en la misma cama desde que tienen memoria, por lo que era normal irse a la misma pieza.
Los días trascendieron, y por fin llegó el día tan esperado de aquella cita.
Spreen y Roier esperaban sentados en una mesa, platicaban amenamente mientras leían el menú, decidiéndose lo qué iban a comer.
A los pocos minutos se apareció alguien frente a ellos, un omega de estatura media, vestido casualmente y con un gorro.
—. Buenas tardes, gracias por esperar - dice, sonriente, sentándose frente a ellos.
—. Buenas, Quackity - saluda el castaño, risueño —. Quackity, él es Spreen Buhajeruk, es de quién te estuve hablando - presenta, sonriente como nunca —. Spreen, él es Quackity Maldonado, la persona especial que te quería presentar.
—. Hola - saluda el omega, sonriente.
Spreen sólo alzó su mano como saludo, demostrando el poco interés de conocerse.
Almorzaron y luego fueron a caminar.
La plática fluía entre Roier y Quackity, mientras que Spreen iba más callado de lo usual, dejando un ambiente incómodo cuando el castaño fue al baño.
—. Y, ¿qué edad tienes? - pregunta el menor, intentando entablar conversación.
Spreen lo miró de reojo, suspiró pesado y se dignó a contestar.
—. Tengo veinticinco - responde, sin interés alguno.
Quackity se sorprendió. Pensaba que sería menor que él, ya que Roier siempre se dirigía a Spreen como su hermano menor o algo así.
—. Eres mayor, yo tengo veinte apenas cumplidos - dice, sonriente.
Spreen hizo una mueca como respuesta, desviando la mirada.
ESTÁS LEYENDO
Chocolate y Fresas - Spreeckity
FanfictionSpreen y Roier son amigos de toda la vida. Roier le comparte a Spreen todo lo que tiene, mientras que Spreen recibe siempre con agrado y cariño lo que él le ofrece. Ambos tienen un enfermo apego, que los lleva a compartir todo. Pero, ¿qué pasaría...