2. Alana Dye

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Me siento triste, ya que tuve que dejar mi otra vida atrás y empezar una nueva y obligada vida gracias a mi mamá.

Nos mudamos a un pequeño pueblo llamado Guior, la verdad no me gusta esté pueblo, ni el nombre me agradó, pero lo hago por mi mamá, ya que es la única persona que me queda en mi triste vida.

El día de hoy va a ser tan agotado porque hay de que desempacar todas nuestras cosas y que aburrido, mientras voy desempacando mis cosas encuentro una vieja foto de mi papá, la verdad lo extraño mucho, pero hace años que nos dejó a mi y a mi mamá, pero no es momento de recordar cosas tristes.

Al finalizar con las cosas de la casa, me sentía cansada, y me fui a recostar en mi nueva cama, lo único bueno de esta mudanza Pocos minutos después llegó mi mamá y me dijo: -"Descansa hija mía, ya que mañana va a ser otro largo día...", con lo que me dijo mi mamá me entró una duda (¿qué haremos mañana, para que sea otro largo día?).

A la mañana siguiente, lo primero que veo son cajas, y un pequeño rayo de sol entrando a mi cuarto desde una grieta que hay en la pared. Me levanté de la cama, me alisté y fui hacia la cocina, vi a mi mamá preparando el desayuno. Le dije: - "Buenos días mamá"
- "Buenos días Alana" dijo ella alegremente.

Se acercó a mi y me dió un beso en la frente, dejando mi plato del desayuno frente a mi diciendome: - ¿Lista para el día de hoy?
- ¿Qué haremos el día de hoy?
- Te vas a inscribir en tú nuevo colegio, ¿qué, creías que ya no ibas a estudiar?
- Si...mmmm, pero ¿cómo se llama ese colegio?
- Se llama Monstano
- Ahhh, que interesante (le digo con una voz entre cortada)

Unos momentos más tarde llegamos al colegio y vi muchas personas caminando, corriendo de un lado a otro y le dije a mi mamá de que iba a sentarme en algún lugar cerca de la oficina de la directora, en realidad fui a una clase que estaba cerca de ella. Estaba totalmente vacía, estuve esperando a mi mamá durante unos 20 minutos aproximadamente, cuando doy un salto de sustó, por un chico que iba entrando a la clase, me quedé sorprendida al verlo, era alto, con unos grandes ojos azules, pelo negro como la noche, no sabía que decir... si decir un "hola", comenzar una de las típicas conversaciones, la verdad me quedé sin palabras. Cuando iba a intentar saludarlo, llegó mi mamá preguntadome: ¿qué en dónde estaba? Y me llevó al carro.

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