En una semana pueden pasar muchas cosas, especialmente cuando estás adaptándote a un nuevo ambiente. Una semana fue suficiente para que Yuri descubriera que se llevaba muy bien con Catalina, solían quedarse hasta tarde hablando de sus cursos y habían hecho un maratón de películas hace unas noches, pero no todo en la universidad era bueno. Yuri había visto a su hermano solo una vez desde que empezaron las clases, el chico parecía estar igual de ocupado que ella, solo se saludaron por el campus mientras se dirigían a sus clases. Todo eso se volvió algo que podía soportar la pelinegra, pero una de las cosas que tuvo que aprender por las malas es que su profesor de Filosofía era un idiota.
El hombre de casi cincuenta años, la había avergonzado delante de todos en la clase, solo porque no Yuri dio una perspectiva diferente con respecto a algunos temas. El hombre la tildó de ignorante y el retiro del salón como una advertencia.
La pelinegra caminaba por el campus, estaba dirigiéndose a su habitación, no quería ver a nadie, su energía social se había agotado durante las últimas horas. Cuando paso cerca de una de las canchas de básquet, un grupo de chicos le gritaron que les pasará su número, pero ella decidió ignorarlos y seguir con su camino. Las cosas no podían empeorar en esos momentos o eso pensó hasta que llegó a la puerta de su habitación y se dio cuenta que no había sacado la llave consigo.
Yuri se maldijo y le escribió a Cata, esperando que su compañera estuviera por regresar, pero los mensajes parecían no haberle llegado a la pelirroja. Con algo de frustración golpeo la puerta con su puño, pero termino agitando la mano por el dolor, unas lágrimas empezaron a caer por sus mejillas debido al día que estaba teniendo.
-¿Mala semana? -Yuri se giró y se sorprendió al ver a una castaña a algunos metros suyo.
-Ha sido un mal día en las clases y me olvide mi llave, así que tengo que esperar a que mi compañera llegue.
-Por esa expresión supongo que va a tardar un poco.
-Aún no lee mis mensajes -Valeria asintió como si pensará en la situación.
-¿Te gusta el chocolate?
-¿Qué? -Tenía una mirada de confusión al no saber el motivo de la pregunta.
-En la cafetería venden un excelente pastel de chocolate, si dejas de llorar te puedo compartir del pedazo que separe en la mañana. ¿Qué opinas? -Yuri miró a la chica fijamente, aquella propuesta se le hacía familiar de alguna manera, pero no quiso darle mucha importancia.
-No tienes que hacerlo Valeria, en serio estaré bien -La mayor le dio una sonrisa e inclino un poco su cabeza más cerca de la pelinegra.
-Sé lo que es tener un mal día en este lugar y realmente apesta pasarlo sola, así que... ¿Por qué no vamos por el pastel y me cuentas un poco sobre eso? -La menor dudo unos segundos antes de asentir y acercarse a la castaña, quien la empezó a guiar devuelta al campus para llegar a la cafetería.
Dentro del lugar había varios estudiantes ordenando algunas cosas y esperando en las mesas, quedaban un par de mesas libres, pero Valeria se dirigió directo a la barra, dónde un chico se acercó a ella con una sonrisa.
-Hola Valeria, ¿Te traigo tu pastel?
-Gracias Daniel, ¿Pero podrías agregar otra rebanada por favor? -El chico asintió y se giró para alistar el pedido.
-¿Sueles venir a este lugar? -Valeria se giró para mirar a la menor, se apoyó contra la mesa y se encogió de hombros.
-Es uno de los lugares más tranquilos en el campus, así que es agradable poder tener un lugar para pensar.
-¿Más tranquilo que tu habitación?
-Definitivamente, adoro a Alix, pero si fuera por ella haría una fiesta todos los días en la habitación -Yuri la miraba con interés.
-¿Alix? ¿Es tu compañera de cuarto?
- Si, no solo eso, también es mi prima, lo cual es bueno porque tenía miedo de compartir habitación con alguien que no conocía, ¿Qué tal si no le caía bien?
-Eso no sería posible -Valeria miro a Yuri confundida -Quiero decir, eres muy agradable -La mayor sonrió por aquello.
-Aquí está su orden -Daniel llegó con una bolsa en la que estaban los pasteles.
-Genial, muero por probarlo -Yuri se apresuró a estirar un billete, pero Valeria bajo la mano de la menor -Yo te invite, permíteme pagar en esta ocasión -La pelinegra asintió y le agradeció por el detalle. Cuando ambas salieron, la castaña invitó a la menor a su habitación para que pueda esperar a Cata, Yuri no estaba segura en qué momento exactamente su día empezó a mejorar, tal vez fue cuando Valeria la encontró afuera de su cuarto o cuando le invitó una rebanada de pastel, pero sin duda ahora tenía una sonrisa en su rostro.
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Sempiterno || Yuleria
FanfictionYuri se enamoro por primera vez en un parque de Disney y le juro su amor a aquella niña con mirada gatuna. Los años pasaran y con el tiempo aquella promesa de un amor de niñez quedará en el olvido o eso creían. Esta historia no me pertenece, es una...