Capítulo 1

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Después de mi rutina tras levantarme, decido que puede ser un buen momento para ir al paseo y patinar un rato.


-Mama, voy a que me dé un poco el aire, te quiero- digo.


-Está bien hija, no llegues tarde- dice mi madre sin despegar la mirada de la pantalla del ordenador.


Cojo las llaves, la mochila y los patines, los coloco en la maleta de la moto. Tengo que reconocer que mis padres han sido muy agradecidos conmigo esta vez. Porque me han comprado una moto, la que pedía desde hace tiempo... es increíble, pensé que nunca me la comprarían pero resulta que esta vez, les he cogido de buenas.


Enciendo la moto y me dirijo al paseo.


Al llegar tengo suerte de encontrar un estacionamiento en el aparcamiento de las motos, así que aparco, apago el motor y bajo de la moto. Después de coger los patines y la mochila, me acerco al borde del muro que divide el paseo y la playa, me siento para colocarme bien los patines.


Después de estar lista, decido colocarme el movil en el bolsillo trasero de los pantalones cortos y ponerme la música alta para distraerme un poco mientras disfruto de las buenas vistas de Miami.

No se puede negar la belleza de este lugar y de todos en los que he estado, es más, cada uno tiene su parte bonita, y siempre termino encontrando algún lugar del cual termino enamorada.


Creo que por hoy ya he visto suficiente, así que mientras estoy a unos metros de el lugar donde he empezado, voy sacándome la música y guardando el móvil en la mochila. Justo cuando cierro la mochila y me la coloco bien en la espalda, siento que impacto contra algo y caigo al suelo<< ¡Vaya! Patosa>>


-¡Mira por dónde vas!- dice un chico. No le distingo está en contra del sol.


-Lo siento- digo avergonzada.


-No te preocupes- dice el chico con el que me he chocado. -¿Estas bien?- pregunta tendiéndome la mano para ayudarme a levantarme.


-Si- respondo ya de pie- siento haberme chocado contigo, estaba distraída- digo sacándome la arena que se me ha pegado en las piernas.


-Tranquila- dice sonriendo.


Es alto, moreno, delgado, fibrado... no puedo evitar analizarlo de arriba abajo, sin dejarme detalle alguno. Va sin camiseta, por supuesto, como dejar a ese monumento sin verse. Taparlo es un delito. Sus ojos marrones, traspasan todo mi ser tan solo con uno de sus parpadeos. Lleva unos bermudas, que dejan entre ver sus piernas, también musculadas. Sus labios rosados y la barba de tres días, le hacen increíblemente sexy.


Por supuesto todo esto combinado formaba un hombre del cual toda mujer querría entre sus piernas.


Pero, volviendo a la realidad...


-¡Vamos equipo no os distraigáis!- grita un hombre detrás del grupo de chicos.

The First FarewellDonde viven las historias. Descúbrelo ahora