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5:30 de la mañana aun sigue oscuro y mi maldito insomnio no me deja dormir, estoy tan enojada que no puedo pensar en otra cosa.

Me dejo sola otra vez.

Estoy en un lujoso hotel en New York y en vez de disfrutar la oportunidad y experiencia de trabajo, estoy tratando de olvidar la maldita sensación de sentirme abandonada y egoísta.

Música y ejercicio arreglen mi vida.

My songs know what you did in the dark

So light'em up,up,up
light'em up, up, up
light'em up, up, up
I'm on fire

Aumenté la velocidad

So light'em up, up, up
light' em up, up, up
light' em up, up, up
I'm on fire

De repente en el reflejo del vidrio vi una persona que me hizo perder el ritmo haciéndome caer exageradamente de la corredora.

Volé de una corredora, si así en como las malditas películas de comedia donde un idiota se cae rodando por todo el piso, solo que ahora la idiota soy yo, y esta situación no es graciosa sino increíblemente dolorosa.

El chico que causo esto se arrodilló junto a mi.

—Demonios—expresó— ¿Estas bien?

No se si reír o llorar estoy hecha bolita, boca abajo en el piso contra una maquina que acaba de romper mi espalda y la única persona que se supone que tiene que ayudarme se limita a me preguntarme si estoy bien, cuando es obvio que no.

—Pediré ayuda—lo escuche decir, »Si lo dejas pedir ayuda quedaras como una idiota frente a otras personas«

—Estoy bien—me limite a decir, lo tome del brazo impidiéndole irse y ayudándome a incorporarme, me senté en el piso y un puntazo doloroso en la espalda me impidió abrir los ojos inconscientemente apreté con fuerza su brazo. Respire hondo acomode mi cabello y sonreí —Estoy bien.

Dios mío, un dios griego esta frente mi.

—Jamas había visto una caída como esa—sonrió, dios si su sonrisa valiera mil caídas como estas lo haría mil veces otra vez. Un puntazo se sintió en mi espalda, el dolor sigue ahí.

—Fue tu culpa, me espantaste cuando te vi.

—Estoy aquí hace como 15 minutos, no debiste escucharme por los auriculares.

—Genial podría haber entrado un psicópata asesino y yo no lo habría escuchado.

—Tranquila—rió—aún no soy un psicópata asesino.—sonrió de nuevo. Tímidamente mire a mi alrededor.

—OH POR DIOS ¿ESE ES MI CELULAR?—chillé exagerada, mi teléfono tirado en el piso con la pantalla rota en mil pedacitos, él extiende su otro brazo y me lo alcanza.—MI BEBÉ.

—Creo que tu iPhone no es tan fuerte como tú.—¿eso fue una broma o un halagó...? »se esta burlando de ti«

—Lo siento—intenté pararme pero el dolor se hizo presente en varios lugares de mi cuerpo.

—Te ayudó, espera—se acomodó a mi lado paso un brazo por mi cintura y mi brazo por su cuello—Uno, dos...—hizo una mínima fuerza impulsándome—tres.

Me levantó por completo.

Respire hondo al sentir un dolor en mi espalda.

—Vamos al hospital de aquí.

—¿Estas loco? solo necesitó una cama, nada de hospital.—me queje.

—Tranquila mujer maravilla—bromeó y prácticamente me arrastro al ascensor, a decir verdad se siente muy bien que te lleven así, o que me lleve él, mejor dicho.

Las puertas se abrieron.

—Bien un gusto, gracias por ayudarme—me despedí, pero él no me soltó.

—¿Pretendes subir sola?—preguntó irónico con una sonrisa burlona en el rostro ambos nos mirábamos por el espejo del ascensor.

—¿Algún problema?—fruncí el ceño.

—Casi te creí muerta en el gimnasio quiero asegurarme de que sigas con vida hasta tu habitación, como mínimo.—sus expresiones sinceras dicen que habla enserio, este Dios griego hermano de Hércules está preocupado por mi.

—Que exagerado—rodee los ojos y entré al ascensor con él.

Marque el piso de mi habitación ambos seguíamos "abrazados" aunque el dolor ya no era tan fuerte me gustaba tenerlo cerca, su gran mano cubre casi toda mi cintura.

Nos mire en los espejos del lugar, nos vemos jodidamente bien juntos desde todos los perfiles, hasta diría que me veo muchísimo más sexy con él. La puerta se abrió despejándome de todo el ambiente extasiado que llegue a percibir, juraría que él me miro las tetas.

—La tarjeta esta en mi corpiño—susurré tímidamente esperando que él mire para otro lado pero no lo hizo, me vi obligada a sacarla con su mirada totalmente centrada en "la tarjeta"

—Sabes tenía entendido que las mujeres guardaban cosas ahí pero nunca lo había visto—ambos avanzamos hacia la habitación.

Con un salto desesperado me tire en la cama boca abajo soltando un gran suspiro de alivio, escuche la puerta cerrándose detrás de mi.

—Me alegro ser la primera—bromee para mi misma.

—Un placer—escuche su voz ronca detrás de mi, lo mire asustada, creí que ya se había ido, ya debería haberse ido.

—Lo siento, creí que ya te habías ido—dije indirectamente, no es que me moleste que este aquí pero me está dando miedo, aunque si quiere violarme deberían preguntarse quien violo a quien.

—Dije que me aseguraría que estés viva como mínimo, después de todo fue mi culpa—se sento en el borde la cama— ¿sigue doliendo mucho?

—Solo la espalda.

—¿Sabes que te vendría bien?

—¿Morirme?—me acomode una almohada para poder respirar mejor de lado.

—¿Que? no seas loca, me refería a un masaje.

—¿Sabes? cuando las personas sugieren algo tienen que cumplirlo, a menos que sepas hacer masajes no vuelvas a sugerirlo y menos frente alguien que lo necesita desesperadamente.

—Tal vez si pedimos servicio a la habitación...

—Ja! ¿crees que estoy hecha de oro? no todos nacimos Lady Gaga querido.

—Liam, me llamo Liam.

—No todos somos los hijos de Michael Jackson Liam.

—Creí que era Lady Gaga—murmuro—Esta bien podría hacerte yo ¿quieres?

—Con tal de que me alivien este dolor dejaría hasta que un mono me haga masajes.

—Eso no es muy halagador...—dudo— ¿como te llamas?

—________.

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Infieles. (liam payne) »Hot«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora