La Kennycienta

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 Erase una vez... En un lejano reino en las montañas llamado South park, vivía un joven de baja economía y escasos recursos, su nombre era Kenneth McCormick.

Kenny vivía en una pequeña casa en la zona más pobre del reino con su familia, su padre, su madre y sus hermanos, Kevin y Karen, Kenny todo el tiempo estaba sucio y vestía ropa vieja, por lo que en el reino todos e incluso aveces su propia familia le llamaban "Kennycienta". El pequeño Kenny trabajaba todo el dia y toda la noche sin descanso para llevar dinero a su casa y "comer" pero su padre siempre lo gastaba en alcohol.

-¡Ya estoy harta de que siempre estés tomando Stuard!

-¡Callate puta, esta es mi casa y hago lo que se me pinches da la gana!

El hombre golpeaba a la mujer con fuerza y ella no se quedaba atrás regresándole cada golpe.

Las peleas de los padres de Kenny eran algo habitual, siempre discutían, se golpeaban entre ellos, golpeaban a sus hijos y terminaban peleando unos con otros. Eran una familia muy disfuncional.

-Kenny tengo miedo...

Sollozaba la menor de la familia McCormick.

-Tranquila Karen... Mientras yo esté aquí contigo ellos jamás te harán daño...

Kenny amaba mucho a su hermana Karen, la cuidaba como si fuera su hija, ella era lo más preciado que Kenny tenía.

-¡Kenny! ¿qué haces ahí observando nada más?

-¡Rápido tienes mucho qué hacer!

Además de cuidar a su hermana y trabajar como esclavo, Kenny tenía que estar de sirviente en su propia casa.
Su hermano mayor se la pasaba tomando y haciendo desvergue por las calles, por lo que toda la responsabilidad caía sobre el pobre Kenneth.

-Karen debo irme a hacer mis quehaceres...

-¡No te vayas Kenny, si lo haces van a golpearme!

La pequeña se aferraba al brazo de su hermano mayor con fuerza mientras lágrimas de miedo caían por sus mejillas.

-¡No, no lo harán, no permitiré que te pongan un dedo encima! Te prometo que un día saldré de este basurero y te llevaré conmigo Karen.

-¿Lo prometes hermano?

-Lo prometo Karen.

-¡RÁPIDO ESCUINCLE BABOSO!

Su padre gritaba con enojo.

-¡YA VOY VIEJO BORRACHO!

-Adiós Kenny...

Dijo la pequeña Karen casi en un susurro abrazando su vieja y desgastada muñeca.

-¡Eres una jodida decepción Kenneth!

-¡Seré una decepción pero si no fuera por el dinero que YO traigo a la casa no tendrias para tus estúpidas botellas de alcohol!

-¡Callate!

El putazo se escucho horrible, el hombre golpeó a Kenny con una brutalidad tirándolo al suelo.

-¡DEJA A KENNETH EN PAZ! ¡¿PORQUE CARAJOS SIEMPRE METES A LOS NIÑOS EN ESTO?!

-¡QUE TE CALLES PUTA! ¡SI ES UN HOMBRE SE HA DE LEVANTAR!

Kenny sobaba su mejilla tirado en el piso mirando detrás de sus padres a su hermana menor escondida bajo la mesa llorando.

-¡QUE TE LEVANTES MARICA! ¡¿ACASO NO ERES HOMBRE?!

-Voy a ir a hacer mis quehaceres...

Kenny se levantó del suelo con la mirada baja.

-Ya sabía yo... Joto tenias que salirme Kenny.

Kenman si fuera cuentos de princesas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora