Fin

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Habían pasado unos años después de ese encuentro de almas gemelas. Chan le había explicado a Hyunjin todo lo que había pasado y decidieron mejor olvidar todo lo que había pasado antes de su encuentro.

Tuvieron muchas citas, donde se iban conociendo un poquito más. Hyunjin se había enterado de que Chan iba a su misma Universidad, pero que en otro edificio y por eso nunca se habían visto. También se enteró que Chan llevaba como dos años enamorado de él y Hyunjin no pudo evitar enamorarse de ese hombre.

Chan conoció a los padres de Hyunjin y viceversa. Fueron cenas algo incómodas ya que los mayores querían saber como había sido su primer encuentro y ellos no les iban a contar que se conocieron en una habitación teniendo sexo.

Bueno, ellos se casaron dos años después de oficialmente hacerse novios. Y ahora vivían felices, con un hogar humilde y con su perrita Berry. La cosa era que ellos hablaron de tener gatos pero Hyunjin resultó ser alérgico al pelo de ese animal y bueno terminaron comprando un perrito.

Amor— llamó Hyunjin a su esposo. Tenía planeado salir a celebrar su décimo aniversario pero el mayor se demoraba muchísimo en la habitación. Por lo que Hyunjin terminó por ir a ver, cuando notó que Chan no respondía a su llamado. Cuando llegó a la habitación entró sin avisar y no vió a nadie dentro, solo la ropa de trabajo de Chan. Escuchó el agua de la ducha y supuso que Chan se estaba bañando. Pego su oído a la puerta y escucho jadeos y algún que otro gruñido. Se formó una sonrisa pícara en su rostro y tomó el pomo de la puerta viendo que no tenía seguro. Abrió sigilosamente y entró viendo a través del vidrio empañado la figura musculosa de su esposo masturbándose.

Se empezó a quitr la ropa hasta quedar completamente desnudo. Abrió despacio la puerta de la bañadera e ingresó sin que Chan se diera cuenta. Vio la espalda enorme de su esposo contraerse por el movimiento que hacía sobre su miembro. Chan gruñía y jadeaba, seguramente frustrado por no poder correrse. Pasó su manos por la espalda mojada de su esposo viendo como esta se tensaba sobre su taco e inmediatamente se relajaba. Acariciaba sus omoplatos hasta bajar a la curva de su trasero. Apretó ese enorme trasero que se carga su esposo y escuchó un gruñido de satisfacción. Chan había parado de masturbarse y de pronto se giró quedando cara a cara con Hyunjin. Sus ojos azules paseándose por el hermoso cuerpo de su esposo.

Sin esperar más sus bocas se unieron en un beso demandante y necesitado. Chan pegó el cuerpo de Hyunjin contra la pared del baño, quedando ambos bajo la ducha, llenos de agua y deceosos por volverse uno. Chan no espero más y agarró las blanquecinas nalgas de su esposo y los apretó a su gustó, haciendo que Hyunjin diera un respingo. El ahora pelirubio sabía lo que significaba ese gesto y sin esperar dio un pequeño salto enrollando sus piernas alrededor de la cintura de Chan sin dejar de besarse. Chan llevó dos dedos hacia la boca del menor y lo incito a que los chupara. Este sin chistar metió los largos dedos de su esposo a su boca y empezó a chuparlos como si fuera un caramelo. Cuando estuvieron empanados Chan los sacó de la cálida boca de su bebé y los llevó a su entrada. Rozando y jugando con la paciencia de su esposo. Hyunjin bufó frustrado pero no pudo decir nada cuando sintió dos dedos entrar bruscamente en su entrada. Chan empezó a moverlo en círculos y en forma de tijeras para dilatar rápido al rubio, tenía ganas de enterrarse en esa pequeña entrada que tanto amaba.

Cuando sintió a su bebé listo sacó sus dedos y rápidamente los sustituyó por su pene, entrando de una sola estocada y rozando la próstata de Hyunjin. El pelirubio no pudo evitar gemir en el oído de su esposo. Eso predió al ahora pelinegro e hizo que empezara a embestir de manera ruda la entrada apretada de Hyunjin.

Te encanta como te lleno, bebé— jadeó Chan en el oído del rubio, haciendo que este gimiera más fuerte y que sus paredes apretaran deliciosa y dolorosamente la polla de Chan, que entraba y salía con un poco de brusquedad.

S-si… Ah…— Hyunjin era un desastre de gemidos y jadeos, un poco de saliva escurriendo por la comisura de sus labios. Era la vista más exitante que tenía Chan en esos momentos.

Hyunjin sintió su vientre contraerse, sentía su orgasmo cerca y sabía que Chan estaba apunto de correrse cuando sintió que las embestidas aumentaron. Unas penetraciones más y Hyunjin se corrió manchando ambos abdómenes y Chan se corrió llenado la entrada de su amado. Cualquier rastro de placer borrado por la lluvia artificial de la ducha.

Se quedaron mirándose, regulando la respiración e intentando que sus locos corazones latieran un poco más calmados. Sonrieron como enamorados y Chan salió del interior de su esposo para así terminar de bañarse y salir envueltos en toallas hasta la cama, donde se acomodaron para poder descansar un rato.

Feliz aniversario, bebé.— dijo Chan cuando Hyunjin se acomodó en su pecho.

Feliz aniversario, Channie.

Perdón por arruinar la cita de hoy.— se disculpó el mayor con un tono triste en su voz. Eso hizo que el corazón de Hyunjin se estruajara un poquito.

No amor, igual es perfecto todo.— le dedicó una sonrisa llena de amor, la cual Chan correspondió dejando a la vista sus tiernos hoyuelos.

Pero igual, déjame que te lo recompense.— Hyunjin rendido aceptó que su esposo le preparara una sorpresa pero grande fue esta cuando Chan volvió a hablar.— Te había preparado algo para después de la cita pero creo que es mejor mostrártelo ya.

Hyunjin asintió y ambos se colocaron sus pijamas y Chan tomó la mano de Hyunjin para guiarlo a una de las habitaciones de invitados que tenían en su hogar. Antes de que Chan abriera la puerta le pidió a Hyunjin que se cubriera los ojos, este sin decir nada cerró fuerte los ojos para que Chan abriera la puerta. Cuando el pelinegro abrió la puerta completamente y ayudó a Hyunjin a entrar sin que tropesara, caundo le dijo que ya podía abrir los ojos, estos se le llenaron de lágrimas.

La habitación estaba pintada de blanco, los detalles la hacían hermosa. En medio de esta había una cama matrimonial tendida con sábanas blancas de seda y a cada lado habían mesitas con lámparas de color rojo, haciendo que la luz en la habitación se tornará de ese color. Habían pétalos de rosas esparcidos por todo el piso y en medio de la cama un enorme corazón de rosas. Pero todo eso no era lo que más le impresionaba a Hyunjin, ni lo que le hacía llorar. Eran los hilos rojos que se encontraban dispersos por toda la habitación. Todos enredados y pegados a las paredes dejando solo el camino que guiaba a la cama, todos terminaban en medio del corazón, donde se encontraban sus anillos de boda. Todo era tan hermoso y era el recuerdo más hermoso de la primera vez que se conocieron.

E-Esto, esto es hermoso.— las lágrimas mojaban sus mejillas y la felicidad se lo comía completo.— Te amo mucho Chan.— dijo volteando para abrazar al mayor con todas las fuerzas que tenía, siendo correspondido al instante.

También te amo mucho Hyunjin.

Ese era el mejor regalo que podía recibir por su aniversario y los que seguían. Porque esos eran los hilos rojos que los guiaron al amor de sus vidas.













Fin.

Hilos Rojos [ChanJin] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora