𝑮𝑶𝑳𝑫𝑬𝑵 𝑯𝑶𝑼𝑹 | 𝑮𝒂𝒓𝒇𝒊𝒆𝒍𝒅 𝑳𝒐𝒈𝒂𝒏

Lluvia mágica

EL cuerpo de Dick seguía sumergiéndose en la Fosa de Lázaro y los murciélagos se iban poco a poco.
Levanto la cabeza para ver a Gar y le abrazo con fuerza.
¿Crees que va a vivir, Rachel? -le pregunto sin soltar a mi novio-
Dick, te necesitamos -susurro aún notando mis ojos cristalizados-
Vamos a sentarnos por aquí, ¿vale? -me pide Gar sentándose en el suelo cerca de la Fosa. Yo no quiero despegarme de donde está Dick, quiero que sepa que estoy ahí- Cass, ven aquí, por favor...
No puede morir, Gar -niego con la cabeza sentándome en su regazo y abrazando sus hombros. Él solo comienza a acariciar mi espalda y me envuelve en un abrazo. Trato de calmarme un poco sintiéndome mejor entre sus brazos y con miedo a provocar una tormenta o algo similar. No pienso irme de aquí hasta que vea a Dick volver-

TE has convertido en un murciélago -le recuerdo en voz baja aún en la misma posición que un rato anterior- nunca habías hecho eso antes. ¿Cómo lo hiciste?
No lo sé -niega él jugando con un mechón de mi pelo- los cambios que experimento ocurren cuando tengo miedo. Es como si tuviera la capacidad de cambiar bajo llave. Y el miedo abre la puerta de golpe y la vuelve a cerrar. Y cuando pasa, cuando me transformo, es como si me muriera. Sé que puedo hacer y ser más. No quiero ser así toda la vida
No te machaques de esa forma. Encontrarás algún día como cambiar sin que te duela. No quiero verte sufrir -le pido dejando un par de besos en su hombro y cuello notando como se relajaba de nuevo-
Yo pensaba que el poder me lo daba el odio -confiesa Rachel a nuestro lado- como a mi padre
No te pareces en nada a él -respondo girando la cabeza para verla-
Lo sé. Pero no lo sé porque cuando me enfrente a él, el poder no me lo dio el odio, si no el amor -nos explica la de pelo azul. Yo solo puedo sacar una media sonrisa- el amor por Dick, Kory y por vosotros. No quise que os hiciera daño porque os quería, y eso es lo que me dio toda la fuerza que necesitaba. Me lo desbloqueó todo
Yo no sabía controlar los míos hasta que descubrí como -finalizo volviendo a acariciar el abdomen marcado de Gar. No le había dejado ni levantarse para ponerse la camisa- se trata de dejar las emociones salir, no temer a lo que pase después
Cierra los ojos -le pide Rachel tras mirarme. Gar cierra la ojos por lo que ella coloca una de sus manos en su nuca y usa sus poderes- al ver el cadáver de Dick, sentiste mucho dolor. Pero luego viste los murciélagos y supiste que deberías unirte a ellos. Te encontraron porque sabían que querías a Dick Grayson. Tienes todo lo que necesitas
Vales más de lo que piensas, Gar, algún día lo descubrirás -añado separándome un poco de él al ver el agua moverse bruscamente- ¿qué está pasando?
Dick -responde Rachel ayudando a este a salir del agua. Él se tira al suelo respirando con dificultad-

¿RACHEL? ¿Cassie? ¿Gar? -nos llama Dick tras despertar de su inconsistencia-
Tranquilo. Estás a salvo. Déjanos ayudarte -le pide Rachel viéndolo levantarse-
¿Te encuentras bien? -le pregunta Gar- ¿qué ha pasado ahí abajo?
Podemos parar a Crane. Aún hay tiempo -nos explica él caminando hacia la salida-
No puedes irte. Tienes que descansar -le pido yendo detrás de él-
En Anton y 1.ª hay una sala de control abandonada. Id a ver si Conner está bien -nos pide Dick- unid a los Titanes
¿Dónde? -pregunta Rachel-
Llevadlos con Donna -responde aún caminando dándonos la espalda-
¿Ha dicho Donna? -pregunta Gar confuso poniéndose una camisa-
No hay tiempo que perder -respondo sorbiendo mi nariz y limpiando mis lagrimas para empezar a caminar-

¿CONNER? -le llama Gar tras llegar a la dirección-
¿Conn, estás por ahí? -le llamo empezando a caminar para buscarle-
Por aquí -dice Rachel señalando el suelo. Habían unos polvos verdes que Gar tocó- ¿Qué es?
Kryptonita -contesta Gar aún mirando su mano- Conner ha estado aquí. ¿Qué leches habrá pasado?
¿Y adónde se ha ido? Eso es lo importante -les recuerdo siendo interrumpida por una radio. Vamos hacia allí escuchando a alguien diciendo un rollo raro sobre una dirección y que no es seguro. Si creéis que no fuimos, os equivocáis-