⊰⊹ 02: Los celos de un demonio

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Entra al salón de clase quince minutos tarde, pero no le importa realmente. Está lo suficientemente enojado como para preocuparse por la insignificante introducción de una clase.

—Bien, chicos, como les decía —empieza a hablar la profesora de la última hora del viernes, sin inmutarse por su llegada—, ya se acercan las evaluaciones finales, y como soy una maestra compasiva, no tendrán examen de mi asignatura.

Los alumnos estallan en silbidos y aplausos de celebración, pero, segundos después, la mujer les explota el globo.

—Pero sí un proyecto final, así que escúchenme bien. —Los abucheos la hacen reír, pero ella sigue hablando—. Será un trabajo complejo, por lo tanto, trabajarán en parejas. El mínimo de páginas de su informe es cuarenta.

Más abucheos resuenan. Ella los manda a callar.

—Para que vean que no soy tan mala, hay dos beneficios: ustedes escogerán el tema y a su pareja.

Eso le llama la atención a YeonJun, por lo que automáticamente dirige su mirada hacia BeomGyu, quien no lo está mirando a él, sino a una chica que YeonJun no conoce.

—Tienen cinco minutos para sentarse al lado de su pareja. Yo asignaré una a quienes se queden solos.

De inmediato, todos los alumnos se ponen de pie para correr hacia la persona con quien quieren estar. YeonJun se levanta también, pero algo a su lado llama su atención, voltea a ver, los grandes ojos expectantes de SooBin, que lo miran con ridícula esperanza. YeonJun rueda los ojos, aburrido de él, y lo ignora, yendo hacia el asiento de su rubiecito.

—Oye, tú —dice lo suficientemente alto para que la chica sentada al lado de BeomGyu lo oyera—, ni pienses en hacer el trabajo con él, sabes cómo terminan estas cosas, nena. Y mi amigo aquí —coloca sus manos sobre los hombros de BeomGyu bruscamente, causando que se sobresalte— tiene una inútil y diminuta polla. No creo que eso sea lo que estás buscando.

La chica luce decepcionada y molesta a la vez, pero pronto se está alejando como si ellos estuviesen hechos de fuego, ante la mirada sorprendida de BeomGyu, quien luego ve al contrario desplomarse en la silla a su lado cuando está totalmente libre, sin saber cómo reaccionar.

—¿Qué? —cuestiona al ver que empieza a surgir la indignación y el reproche en los ojos de BeomGyu—. Le gustas... Bueno, le gustabas, si no fuese así, no se habría apartado.

—Eso a ti no te incumbe —gruñe en voz baja, aunque tartamudeando.

YeonJun evita alzar las cejas por la sorpresa, pocas veces lo había oído hablar, y ahora su tono tan dulce que pretende ser duro lo deleita por completo.

—Oh, claro que sí lo hace —dice riendo, sonriendo con burla. Aprovecha que aún sus compañeros van de aquí a allá, dificultando la vista de la maestra, para acercarse hacia su rostro de golpe y sostener su mandíbula agresivamente—, porque solo yo podré tenerte, rubiecito. Y cuando acabe contigo, serás tú el que regrese a mí para rogar que te folle sin darte tregua.

BeomGyu traga grueso. Pese a que está satisfecho porque está logrando su objetivo, no puede evitar sentirse nervioso ante la presencia demandante de YeonJun. Sabe que él se ha buscado lo que está pasando, y no puede estar más feliz por eso. Tener a YeonJun junto a él, tentándolo con su mirada llena de socarronería mientras trata patéticamente de ocultar sus evidentes celos, aumenta su ego de manera estratosférica, aunque esté, en términos generales, jugando bajo las condiciones de YeonJun.

Pero le gusta. Hay algo que lo impulsa a actuar de esa manera tan... vulgar y tímida a la vez para tener más tiempo sus ojos sobre él. Tal vez, es su apuesto rostro, o la satisfactoria sensación de sentirse deseado e inalcanzable ante alguien que evidentemente se muere por tenerlo; sin embargo, jamás ha sido del tipo de chico que cede fácilmente, por lo que resulta mucho más agradable jugar con alguien como YeonJun.

Devil & Demon | YeonGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora