1. En la cocina

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Un día largo en el instituto, el cual por fin había terminado, así que salí con mis amigas del edificio para como siempre esperar en ese parque a que pasaran a buscarnos, pasaron a buscar a dos amigas, cuando me di la vuelta para seguir conversando, note dos manos agarrando mi cintura, y unos labios que besaban mi cuello, al notar eso supe quien era al instante así que me gire y le mire a la cara, ahí estaba mi novio, con su pelo negro rizado que me encanta, y esos ojos marrón café que hacen que me pierda en ellos, intente besarlo poniéndome de puntillas, y él con una ligera risa solo se inclinó un poco y juntó nuestros labios en un beso ardiente, justo cuando nos separamos mis amigas comenzaron a reírse y a echarnos 

-Venga tortolitos, ir para un hotel ya- dijo mi amiga Claudia riéndose, yo me despedí de ellas y me subí al coche junto con mi novio.

Durante el camino, él ponía su mano en mi falda, subiendo la un poco, para poder llegar cada vez más al fondo

 -o-oye, deberías c-centrarte en la carretera y-y no en s-subir mi falda- le dije nerviosa. 

-Es que son tan suaves, que no puedo resistirme peque- dijo para después mirar mis piernas y morderse ligeramente el labio -no sé si podre aguantar hasta casa. 

Al decir tal cosa solo hizo que me pusiera más nerviosa, es increíble como este chico consigue hacerme erizar la piel solo con 2 frases. Y al fin, después de 15 minutos en coche, llegamos a su departamento, no era muy grande, pero lo suficiente para los dos, ya que yo estaba más allí que en mi propia casa.

-Oye, cámbiate, y pon la mesa, yo tengo que terminar de hacer la comida- dijo mientras me daba un beso en la frente para después dirigirse a la cocina.

Fui corriendo al cuarto y cogí una de sus camisetas negras, las cuales en su mayoría usaba de vestido corto, no me quite mis medias de red, pero sí el sujetador, ya que toda mujer sabe lo incómodo que es. Salí del cuarto y fui hacia la cocina, cogí lo necesario para poner la mesa, y justo al colocar el último vaso, mi novio volvió a acercarse por la espalda y me susurro al oído:

-Llevo ya un buen rato aguantándome las putas ganas de follarte aquí mismo, pero no puedo más peque, no doy a tanto,- dijo para después besarme el cuello, yo ante tal acto no puede aguantar mucho y comencé a soltar pequeños jadeos -y me da a mí, que tú también quieres peque- dijo susurrando en mi oído, y justo en ese momento me gire para poder besarlo él sin importarle mucho tiro todas las cosas de la mesa y me sentó en cima, juntando nuestros labios en un beso desesperado y lleno de lujuria. Al poco rato, la ropa comenzó a estorbar, así que decidimos quitárnosla, él disfrutó de las vistas al quitarme su gran camiseta negra, y como siempre se quedó unos 2 minutos admirando mi cuerpo semidesnudo, antes, tal acto hacía que me muriera de vergüenza, ya que no estaba a gusto, pero al tiempo esto hacía sentirme deseada, y hacía que me mojara más, deseando que dejara de mirarme para follarme de una vez.

-Iker, fóllame ya, déjate de tonterías- le dije por fin sin rodeos, pero vi como él solo me sonrió un poco

-O no querida, no tienes idea de las cosas que voy a hacerte antes de follarte.

El simple hecho de escucharle decir eso hizo que me humedeciera mucho más, solo con imaginar todo lo que él sería capaz de hacerme, y nada más terminar de decir eso comenzó a besar mi cuello y dejando pequeñas marcas, provocándome pequeños gemidos, los cuales hacían que Iker poco a poco se fuera encendiendo más, fue bajando lentamente sus besos, hasta finalmente llegar a uno de mis pechos, el cual comenzó a besar y acariciar, el hecho de sentir su tacto por mi cuerpo me volvía loca, era una sensación de la cual nunca me cansaba, dejo de besar mi pecho, y se centró más en mi pezón, el cual lamió y mordió, haciéndome soltar jadeos y gemidos de placer con su nombre

-Iker, por favor, deja de joder y fóllame ya- le rogué, él solo me miró y volvió a sonrir, y volvió a hacer lo mismo, pero con mi otro pecho. Iker siguió así un buen rato, haciéndome chorrear de placer, hasta que al final se decidió por separarse de mis pechos, si mano derecha comenzó a dirigirse a mi entrepierna, apartando mis medias y acariciándola por encima de la tela.

- Escúchame bien peque, quiero escucharte rogar por qué te folle, quiero escuchar como me pides que te deje temblando.
- En tus sueños voy a rogarte Iker- dije convencida de mis palabras.
- Eso es lo que tú te crees pequeña- me dijo para después comenzar a rozar en círculos sus dedos en mi clítoris, pero sin apartar la tela de mis bragas, lo cual me provocó un placer intenso y no pude evitar gemir su nombre -eso es pequeña~ gime lo nombre- dijo mientras aceleraba el ritmo, haciéndome torcer de placer, y justo en el momento en el que iba a correr noté cómo paro en seco - te creas que voy a dejar correrte así de fácil? O no, mi niña, te dije que te quiero escuchar rogar, y vas a hacerlo, al menos si quieres correrte.

En el momento en el que dijo eso se quitó su camiseta dejando su maravilloso torso al descubierto, si cuerpo me volvía loca, y verlo así de dominante me ponía aún más. Pude ver cómo cogió una silla en la cual se sentó con las piernas ligeramente abiertas, para después mirarme.

-ven pequeña, siéntate aquí - dijo dando ligeros golpecitos en su entre pierna, ya abultada. Yo sin pensármelo dos veces me bajé de la mesa, y caminé lentamente hasta él, para después sentarme encima de sus piernas -Buena chica~- dijo para después acariciarme la mejilla.
-Iker, déjate de juegos, vas a follarme o no?- le dije ya un poco cansada y muy necesitada
- Si me sigues insistiendo de esa forma recibirás un buen castigo pequeña - dijo con un tono juguetón, él volvió a besarme el cuello, pero está vez puso sus dos manos en mi culo, y guiándolo haciendo movimiento circulares, provocando que nuestras intimidades rozarán, haciendo que tanto el cómo yo soltaremos gemidos de placer, ya que en ese instante solo nos separan un par de capas de tela.

Yo no podía parar de gemir, tales actos me provocaban un placer inmenso, pero necesitaba más, lo necesitaba dentro, así que comencé a moverme de arriba abajo, simulando sentones, podía ver en su cara las ganas de follarme en ese momento, pero él tenía autocontrol, o al menos lo tuvo hasta que comencé a gemir su nombre.
-Dios, Sofía, no puedo más - dijo, para después levantarse conmigo en brazos, me coloco en cima de la encimera. Pude ver cómo se bajaba sus pantalones de chándal grises y se quedaba en bóxer

-No puedo Aguantarme más, voy a follarte aquí y ahora, y me da igual que todos los vecinos se enteren de lo que estamos haciendo.

-Pues hazlo Iker, hazlo ya- le rogué.

-Eso haré peque, voy a follarte de tal manera, que no sé si podrás caminar cuando terminemos - dijo soltando una pequeña risa perversa, para después bajar si bóxer, dejando a la vista su enorme miembro.

Se posicionó entre mis piernas, y cuando me fui a tumbar me cogió la cara con una de sus manos, haciéndome mirarle a los ojos, mientras que con la otra mano aguantaba una de mis piernas para que no me alejará, y entonces me dijo

-Quiero que me mires a los ojos cuando te la meta, quiero ver esa expresión de placer que tanto me gusta- soltó mi cara y bajó su mano hasta mi parte íntima, una vez allí aparto mis bragas dejando mi coño húmedo a su merced

-dios Sofía... Hoy no me voy a controlar - y justo en ese momento sentí como Iker me pegó una estocada, metiéndola casi al completo, lo cual me provocó un grito de puro placer.

-dios Iker! Me vas a matar~- dije en casi un grito.

-querida, solo llevo la mitad, así que relájate si no quieres que ya haga daño- digo para después besarme- te ves hermosa así - me afirmó, para después dar una segunda estocada, ahora sí, metiéndola al completo.

Comenzó a dar estocadas rápidas y duras, lo cual provocaba que yo me encontrará casi gritando del placer, diciendo si nombre y pidiendo por más, mientras que él me follaba sin parar y acariciaba y apreciaba mi cuerpo desnudo mientras jadeaba de placer.

- Corazón, estás igual de rica como siempre, joder, me encantas- me decía mientras se acercaba a mí para besarme.

- Iker, dame más, por favor- le dije en un suspiro, él en ese momento paro las estocadas y me levantó en brazos, para después apoyar mi espalda en la pared de la cocina y seguir penetrándome sin piedad, mientras me aguantaba con sus manos en mi culo, y yo con tal de darle más placer le seguía el ritmo de las estocadas con mi cadera. La casa estaba inundada por el sonido de nuestros cuerpos chocando y por nuestros gemidos y jadeos, creando un ambiente totalmente erótico, ambos nos sentíamos demasiado bien, tanto que comenzó a notar esa tensión por debajo de mi ombligo, lo cual indicaba que me iba a correr.

-Dios Iker! Sigue por favor! Me voy a correr amor!- le dije en un gemido casi gritado, y él al escuchar esto aceleró el ritmo.

-Yo también mi vida, espérame, así nos corremos juntos- me dijo en un suspiro en mi oído, así que comenzó a acelerar más el ritmo, haciéndome gemir más, y provocando que le clavara las uñas en la espalda, y el k embestía más fuerte cada vez que lo hacía, estimulando mi punto g, haciendo hasta casi llorar de puro placer.

- JODER IKER! ME CORRO!- le dije al sentir como su polla se tensaba dentro mío, indicando que el también se iba a correr, en ese momento pude notar todo su líquido estallar dentro mío, lo cual me llevo al éxtasis, y me hizo correr al segundo.

Al terminar los dos nos quedamos abrazados unos minutos, y al bajarme las piernas me fallaron y estuve a punto de carme, pero él llego a cogerme y evitar mi caída, me levanto en brazos al estilo princesa para llevarme hasta el sofá, y cuando me dejó hay mi miro sonriendo y me dijo

-Te dije que te dejaría sin caminar peque- para después darse la vuelta e irse a la cocina a buscar la comida como si nada hubiera pasado.


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bueno, estes el primer cap de los relatos, la verdad disfrute mucho escribiendolo, si teneis ideas o peticiones para otros capitulos podeis ponerlo en lso comentarioas, y no hos olvideis de votar <33

palabras: 1804

Viaje al placer [ Relatos eróticos]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora