☿•𝕵𝖚𝖟𝖌𝖆𝖗•☿

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La oscuridad llenaba cada rincón de la ciudad, cada lugar de los suburbios se encontraba cubierto por una capa de oscuridad, en la esquina de un pared de aquel callejón húmedo y lleno de barro gracias a la lluvia que caía, o la sombra que el algún contenedor creaba. Nada se libraba de la oscuridad.

La oscuridad no era lo único que abundaba en Los Santos, también lo era el frío inusual que asía, ya que no era tiempo de ese clima. Pero lo que los habitantes no sabían es que esas eran las señales que ocupaba para indicar su llegada.

Hace años atrás ya lo había echo, pero ahora era el momento en donde nuevamente su presencia se necesitaba, por ser un caso especial, uno de los que le gustaban a ella y que solo se presentaban cada cierta cantidad de años.

En la profundidad de un callejón sin salida, cubierta por la oscuridad que parecía infinita, dos destellos rojos se lograban ver, poco a poco estos se hicieron mas intensos y brillantes, iluminando al rededor de estos con un color rojizo que dejaba ver lo que se encontraban con ellos.

Ella ya había llegado para hacer su trabajo y su objetivo era su pecador favorito; aquel rubio, de ojos azules que mostraban inocencia y que engañaban a más de uno en pensar que él era un alma pura... Que ingenuos eran. No por nada era el preferido de la muerte.

[...]

Las olas chocaban chocaban contra la base de la estructura, dejando un hermoso sonido para el que se encontraba ahí, pensando y analizando todo su camino hasta donde se encontraba ahora, todo lo que tuvo que hacer; traicionar, matar, engañar, manipular y más múltiples cosas de las que no se arrepentía y que sí tuviera que volverlas hacer para volver a llegar a donde se encontraba o más lejos las aria sin problema alguno.

Porque el tenia un don, un privilegio que algunos lo consideraban como una maldición, justo como lo asía su "hermano" junto con su "padre". Pero para su suerte encontró a personas que lo comprendían, que no lo veían como el monstruo que era porque ellos eran igual, y que consideraban esa habilidad como un don, justo como él lo veía.

Por fin había encontrado alguien igual a él. Que comprendía sus pensares y acciones sin juzgarlo o cuestionarlo, por que ellos pensaban igual. 

—¿Que hace' pol acá?— Había notado desde lejos a su compañero en las orilla de la sede, solo ahí, observado el mar sin hacer nada más. Cosa que llamo su atención, ya que el rubio no era de estar por ese lugar.

—Nada, solo estaba recordando cosas— No le gustaba dar explicaciones. No más de las necesarias.

—Gu'tabo puede' confial en mí— Miro de reojo a su compañero, que en ningún momento había apartado su vista del inmenso mar que los rodeaba.

—Lo sé... — Contesto vagamente. Sabia que podía confiar por primera vez en alguien. Por primera vez experimentaba esa sensación; que sin importar que dijera no seria juzgado o cuestionado. —¿Que tuviste que hacer para llegar aquí? para convertirte en jefe de The Union—

—Nada. Se a lo que te lefieles, y no tuve que hacel nada— Y era verdad, él no tuvo que hacer nada, solo tener los suficientes huevos de empezar en el negocio, de ahí todo fue para adelante. —Pelo cleo que es mucho mejol habel echo algo, podel decil que hice algo—

—Yo hice bastantes cosas en mi recorrido a acá. Desde amigos a "familia", para luego votarlos como la basura que siempre han sido. Ver su cara al saber que el "cariño"  y "aprecio" que tenia asía ellos era falso—  La sonrisa del rubio se mostró, para después ser seguida de una pequeña risa que su compañero se alegro de escuchar. —Traicionar a la policía, y al que lo asía llamar "hermano", a mi "padre", y la lista no acaba ahí—

☿·-𝕿𝖍𝖊 𝖏𝖚𝖉𝖌𝖊 𝖔𝖋 𝖉𝖊𝖆𝖙𝖍-·☿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora