capítulo seis

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- ______, Despierta... Oye... ¿oiga...?, No, tampoco eres mi mamá... _____, por favor... despierta. -

Dormía plácidamente, mientras escuchaba desde el fondo de mi cabeza la voz de Miles, seguida con caricias en mi rostro. Al sentir estas últimas me enderece rápidamente, recuperando mágicamente la conciencia. Observé el lugar en que nos encontrábamos. Parecía ser el típico lugar donde encierran a los malhechores.

- Menos mal que despertaste. - Dijo él, mientras se sentaba junto a mi. - O si no, habría tenido que besarte. -

- ¿Qué?, puaj... Estas concientes de que te doblo la edad ¿no? - Contesté obvia a la situación. Minimizando el problema más grave, que era que estábamos encerrados.

- ¿Y?, tengo dieciocho. Puedo hacer lo que quiera. - Solto esto último en un susurro mientras acercaba su rostro hacia el mío.

No me alejé, y tampoco lo empujé. Lo que decía tenía razón, él ya tenía la edad suficiente como para elegir lo que quería hacer. Aún qué de igual forma sería raro, digo.. Estoy apunto de cumplir veintiocho años y me besaré con uno de dieciocho, estoy loca.

Por la magia del guión, se escucharon unos pasos aproximarse. A lo que Miles se detuvo y miró fastidiado hacia fuera de la trampilla a través del cristal distorsionado. Era Hobbie. Nos miro asombrados.

- Ustedes desafiaron toda ley, van contra el sistema. Me recuerdan a mi. - Dijo con una sonrisa en sus labios de par en par. Se acercó lentamente hacia la trampilla. - Pronto vendrá papá, el grandote frustrado. Más conocido como Miguel O'hara. Seguramente les hará daño, no duden en llamarme si sucede. Los ayudaré. -

Sonaba seguro de lo que decía. Hasta el momento en que una voz ronca lo llamo. Él nos indicó con las manos que Miguel estaba atrás.

- Hobbie, ¿cuantas veces tendré que decirte qué no te metas donde no te llaman? - Se notaba que en verdad estaba enojado. Hobbie se fue sin decir nada, Miguel suspiro y se nos quedó viendo. No, de hecho, miraba nuestras manos. Cosa que yo no había notado, era que mis manos con las de Miles estaban entrelazadas. Me sorprende que me sorprenda.

Tenia miedo por lo que nos podría pasar a ambos, así que apreté levemente la mano de Miles.

Miguel habría la cápsula y agarro a Miles con fuerza. Se notaba que estaba enfadado. Luego lo lanzó a una máquina.

- ¡Miles! - grité antes de ver cómo la máquina le borraba la memoria.

- Envienlo de vuelta. - habló Miguel, a lo que las máquinas volvían a escanear a Miles.

Luego se escuchó una especie de explosión contraída. Esa fue la última vez que vi a Miles.

(...)

No me peguen. Ya regresé,
Y menos activa que antes. En fin.


𝗧𝗵𝗲 𝗕𝗶𝘁𝗲 ᵐⁱᵍᵘᵉˡ ᵒ'ʰᵃʳᵃ 「Cancelada」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora