Bertrand habia sido llevada por uno de los campesinos a su casa para coger, este hombre no era otro que su novio.
La ropa que usaba la rubia era un atuendo vulgar, su piel quedaba casi toda al descubierto y sus grandes y regordetes pechos morenos y su trasero podían ser vistos y deseado por cualquier hombre que la mirara.
Su novio se sintió celoso que fuera convencida de usar tal atuendo vulgar por eso ella para compensarle le demostraría que su cuerpo solo le pertenecía a un solo hombre.
Ella se ponía en cuatro patas encima de la cama y sacaba su increíble culo para que el la follara desde esa posición.
Bertrand-Puedes castigarme por usar esta vulgar ropa, lo siento pero puedes hacerme lo que quieras hasta que estés calmado...-dijo avergonzada ofreciendo su trasero.
De perrito a ella le entraba más adentro y el azotaba su trasero y agarraba su cuello. A ella le gustaba que el dominará su cuerpo.
Usaba sus pechos para darle placer a su novio sabía que poniendo presión en el pene entre su busto hacia que se corriera más rápido.
Cuando el la hacía chupar su verga ella jugaba cuanto podía, curiosa de que a estás alturas le diera placer a un hombre con su boca.
Mirar las reacciones de su hombre al hacerlo venir la ponía cachonda, ella misma se tocaba cuando el se corria y el nunca dejaba desapercibido ese movimiento de sus manos. El la tiraba sobre la cama y le abría las piernas para lamer su coño.
Para Bertrand que su novio lamiera su coño con tan tanta insistencia la ponía más cachonda porque nunca pudo imaginar ese placer antes.
Cuando quería que su verga llegará más dentro el peinaba una cola de caballo a Bertrand con una de sus manos para aprovechar el agarre y empujar su verga a su garganta. El daba varias estocadas ante de sacar su miembro lleno de semen y saliva.
Los besos eran parte importante porque era el primer contacto. Cuando compartían el sabor de sus bocas era algo bueno además acariciaban sus zonas erógenas y el la desnudaba, siempre comenzando por sus tetas. El rompía o solo quitaba lo que estuviera cubriendo sus pechos, lo pezones de Bertrand se ponían duros simplemente con esto.
El los lamía antes de seguir.
Ella también acariciaba su cuerpo con curiosidad llevando sus manos por su torso y tocaba su polla para ponerla dura.
Luego ella se abría de piernas y ponía sus dedos sobre los labios de sus coño para ofrecerle su orificio húmedo, el la besaba mientras iba empujando su polla en su coño.
Cada vez que el salía y entraba ella gemia más no les importaba que alguien escuchará sus gritos pidiendo más y más fuerte y si la cama terminaba en el suelo era un símbolo del buen sexo que habían tenido.
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El Secreto De Bertrand
RandomBertrand consigue un novio al que ama, pero tiene que vivir guardando su secreto con miedo que cuando el la descubra, la termine odiando. Un fic con mucho lemon.