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Cómo sospechaba Tzuyu, la semana en la escuela había sido un infierno.

No sólo por el hecho de que cada vez que Jihyo la veía, se hacía la enojada y sus amigas la fulminaban con miradas de odio.

Tampoco porque Momo la había vuelto a molestar y esta vez parecía peor que nunca.

La verdadera razón era que, Sana no la miraba. No le hablaba, pasaba junto a ella y la ignoraba, ni siquiera la fastidiaba junto a Momo, la ojimarron parecía haber dejado de existir para la rubia.

En estos momentos, estaban en clase de Historia y Sana se encontraba sentada, unas mesas adelante de ella, ignorándola al igual que todos estos días.

Tzuyu suspiró y extendió los brazos sobre la mesa, estaban en una clase muy aburrida, en su opinión.

—No me ha insultado ni una sola vez, Dahyun-Yah. —se quejó jugando con el lápiz, sus ojos verdes estaban clavados en la espalda de la rubia.

—Puede que tenga mucho con los deberes y el equipo de animadoras. —comentó su amiga pero, después de ver a la rubia, comenzó a recapacitar— O... puede que esté enojada.

—¿Enojada?¿Por qué? —bufó fastidiada, Minatozaki era un gran dolor de cabeza.

Dahyun tardó unos minutos considerando su respuesta, ella también había estudiado el gran cambio de la actitud de Sana durante estos días y tenía una idea, una idea que nunca en su vida se le hubiera ocurrido antes. Pero, las acciones de la rubia hablaban por si solas...

—Puede... que esté enojada contigo, por besar a Jihyo.

—¡No la besé! —se defendió— Pero, ¿Y eso qué tiene que ver?

—No sé, puede que no le gustó que abusaras de su amiga. —comentó pensativa, sin querer llegar a la conclusión que era la más obvia.

—Qué yo no la besé. —volvió a murmurar y Dahyun se quedó perdida en sus pensamientos, últimamente siempre estaba así.

—... y deberán formar parejas para el siguiente ensayo de 200 páginas, con dibujos incluidos, que tratará sobre la Segunda Guerra Mundial. —avisó la profesora, logrando entre todos sus estudiantes un abucheo— Dejen el drama, alumnos, comenzaré a elegir las parejas...

Dijo el nombre de varios estudiantes, pero Tzuyu no podía pensar, era una oportunidad.

Así que rezó todas las oraciones que se sabía y cruzó hasta los dedos de los pies.

Quería que le tocara con Sana, debía de tocarle con Sana, sus esperanzas aumentaron cuando una de las amigas de la rubia se fue con Dahyun, una menos.

La profesora duró un rato diciendo los nombres, hasta que llegó al de ella.

—Minatozaki Sana, deberá trabajar con la joven Chou Tzuyu. —dijo con esa voz seria y prácticamente las dos saltaron de sus respectivos asientos.

—¡No quiero trabajar con ella! —se quejó Sana.

—¡Si usted insiste! —dijo Tzuyu con fingida resignación.

Sana fulminó a Tzuyu con unos ojos oscuros mientras la ojimarron mostraba una sonrisa burlona.

—Es parte del trabajo. Tienen que hacer el ensayo juntas, no quiero discusión, señorita Minatozaki. —dijo zanjando el tema mientras el rostro de Sana se fruncía.

—No pienso trabajar con este fenómeno. —declaró cruzándose de brazos, Tzuyu alzó las cejas repetidamente, logrando que se irritara más.

—El lenguaje, joven. —dijo la profesora reprochándole y luego observando a Tzuyu.—¿Usted tiene algún inconveniente, señorita Chou?—

Rivales - SatzuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora