Introducción

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- ¡Corred, que no escape!

- ¡El castillo es inmenso!

- ¡Por ahí!

Era ya de noche, cuando una hueste de campesinos, armados con horcas y antorchas, entró en el imponente castillo transilvano. Ya dentro, se dirigieron a las mazmorras, un lugar frío y mohoso, donde, en un rincón, yacía una tumba, no muy grande, en la que podría caber un niño.

Entonces, un labrador de unos cuarenta años, abrió el sarcófago. Lo primero que vio fue un bello adolescente, qué rondaba los catorce, de rasgos finos, orejas puntiagudas, y una piel más blanca que la cera. El pelo, corto, era de un color oscuro, como la noche. Ese niño iba vestido con unos pantalones negros, que hacían juego con su camiseta negriblanca. Se notaba que era ropa de noble. Lo segundo que vio el campesino  fue como unos colmillos que relucían, acompañados por unos ojos rojos, en los que se podía ver el mismísimo infierno, se tiraban a su cuello.

El ataque del vampiro pilló desprevenidos a los campesinos y artesanos, y, mientras ese ser succionaba la sangre a su compañero, se colocaron en una posición muy débil, que cualquiera podía romper.

-¡N-no nos da miedo, va-vampiro!- gritó un leñador.

-¿A no? Pues deberías tenerlo... -respondió con una voz ronca, casi susurrándolo, pero que todo el mundo oyó.

El hijo de la noche se abalanzó al centro de aquel patético grupo que le plantaba cara. Inmediatamente se dispersó la formación de campesinos, dando lugar a una persecución. El vampiro siguió al que le parecía el cabecilla, y en un momento ya le estaba chupando el líquido rojizo de sus venas.  Mientras se relamía sus empapados labios, escuchó un cuerno en la lejanía. "Un cuerno de cazador"  pensó "Estos mentecatos han contratado un cazador". Y así era, llegaban los refuerzos.

El cazador era un tipo musculoso, de un metro ochenta de altura. Iba cubierto con pieles de lobos, y en la cara llevaba tatuajes de guerra. El carro que conducía era llevado por cuatros caballos negros como el azabache, que iban a trotando azuzados por el látigo del cazador. Dentro del carro había todo tipo de armas y utensilios que servían contra la lucha de chupasangres. El cazador bajó del carro de un salto y, con una enorme hacha bañada en plata, y una cruz rodeada de ajos colgando del cuello, se acercó a las puertas del castillo, donde le esperaba el vampiro.

"Por fin un rival digno de mí" pensó "Vamos Vlad, es hora de sacar tu potencial". Cuando el cazador estaba a dos pasos de su presa, Vlad sacó de repente una katana de hoja negra de su funda, que estaba en la espalda.

La katana de Vlad, rápida como una centella, salió a matar al cazador, pero este interpuso su hacha de por medio. El cazador, ya recuperado del ataque, le tiró la cruz a la cara, quemándosela. Vlad, con un dolor inaguantable, volvió a la carga. El cazador hacía ataques torpes pero brutales, mientras que Vlad, movimientos ágiles y precisos. Vlad hirió en la pierna al cazador, y este le dio un hachazo en el costado.  Así, entre fintas y contraataques, Vlad iba ganando. Parecía que ya se sabía el resultado de la batalla, cuando del carro del cazador salió un estaca de madera, que se clavó justo al lado del corazón de Vlad. Vlad, queriendo poner fin a la pelea, arremetió contra el cazador. incrustándole la katana. Vlad se dio cuenta, con horror, que ya no podía sacar la espada de cuerpo del cazador. El cazador también lo percibió, asique se arrastró moribundo hacia su carro, y sacó el cuerno, y lo volvió a hacer sonar, antes de caer al suelo muerto.

Respondiendo a la llamada del cuerno, aparecieron más cazadores, y Vlad supo que no podría con todos ellos. Entonces tomó una decisión. Haciendo uso de su extraordinaria fuerza, logró sacar su katana del difunto cazador. Ya con su espada, se la lanzó al primer cazador que se había aventurado demasiado. y lo derribó. "Khiars" pensó el vampiro, y la espada oscura se materializó en su mano.

Se guardó a Khiars, y después se transformó en un murciélago un poco mas grande lo normal. Salió volando en dirección noreste, y, mientras atravesaba el bosque, maldecía a los cazadores y clamaba venganza.

Y así se alejó del que había sido su castillo...

El infierno de un vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora