(01-01)
"¿Señor Hohyun Jung?"
"Sí."
"Ya terminaron todos sus exámenes por hoy. Su próxima cita está programada para la semana que viene. Entonces solo necesitará un análisis de sangre, no exámenes detallados."
El personal administrativo repitió rápidamente la información con voz monótona, con los ojos fijos en el monitor en lugar de en mí. Las palabras del personal siempre eran similares, por lo que solo escuché a medias y aparté la mirada. Docenas de pacientes y sus tutores estaban sentados en los sofás de la sala de espera. Los informes de noticias se transmitían desde el gran televisor que tenían frente a ellos.
[El anticuerpo para el tratamiento del virus de la Universidad Baekil desarrollado por el Centro de Control de Enfermedades demostró ser eficaz en pruebas con animales]
[Agujeros en el sistema de cuarentena, manejo negligente de pacientes sospechosos de estar infectados... resaltando la apatía de la sociedad hacia la seguridad]
Habían pasado meses. Casi no pasaba un día sin que el nombre de nuestra escuela apareciera en las noticias, y los periodistas habían estado visitando constantemente el hospital. A veces, aparecían caras conocidas en la televisión bajo el título de "entrevista a un superviviente". Ya debería haberme acostumbrado, pero todavía me resultaba extraño.
Era obvio de dónde provenía ese anticuerpo del tratamiento. Debía haber sido extraído de la sangre que me extrajeron del brazo la semana pasada. La sangre que acababan de extraer también iría a algún lugar para ser estudiada.
Existe algo llamado vacuna Anti-D. Es un tratamiento para una enfermedad rara que afecta a personas con tipos de sangre Rh negativo. Esta vacuna no se puede fabricar artificialmente, por lo que un número muy pequeño de portadores de anticuerpos debe donar sangre continuamente durante toda su vida. El virus que se propagó a través de este desastre fue similar. No, la situación era aún peor en este caso.
Hasta ahora, yo era el único portador de anticuerpos conocido.
Incluso después de que cerraran el campus, seguían apareciendo personas infectadas. Algunos de los que escaparon del campus ya estaban infectados, y el virus también se transmitía a través de animales. Algunos pensaron que era solo un resfriado y rescataron a personas que sufrían fiebre alta, solo para que de repente mutaran dentro de la ambulancia, causando incidentes horribles.
El gobierno movilizó a los militares y a la policía para actuar con rapidez. Pusieron en cuarentena a cualquiera que mostrara síntomas inusuales, controlaron el acceso a las áreas cercanas al campus y desinfectaron completamente toda la zona.
Era lo mejor que podían hacer.
Sin embargo, frenar la propagación del virus era lo máximo a lo que podían aspirar; detenerlo por completo era imposible a menos que mataran a todos los sospechosos de estar infectados. No podían curar a los que ya estaban infectados. Solo podían observar cómo la gente sufría en agonía hasta que sus corazones se detenían por completo, solo para revivir en un estado horrible. Con el éxito de las pruebas con animales, solo podía esperar que la vacuna se desarrollara con éxito, evitando más muertes.
Aún no parecía real.
El hecho de que había escapado de la escuela y había regresado a la vida diaria.
Incluso cuando dormía hasta tarde bajo mi manta, comía regularmente, tomaba duchas refrescantes, me cambiaba de ropa y jugaba con mi teléfono, la realidad parecía un sueño. Los recuerdos de deambular por el campus helado cubierto de sangre y polvo eran más vívidos.
